Que brote de tus labios la Palabra Pausada…:
la que surge serena, apacible, sin prisa…,
la que lleva consigo una caricia alada
y deja en cada rostro una suave sonrisa…
Que tu verbo lo alegre a aquél a quien le hablas…,
que le pinte paisajes de logros a su alcance…,
que lo impulse a seguir su sueño a rajatablas,
porque todos tenemos en la vida una chance…
Que al escucharte, el otro, salga de su cajita…,
que deje atrás las rejas de su prisión mental,
y se monte en las alas de la Vida Infinita…,
aquella que lo aguarda más allá de lo dual…
Que logres que se impregne tu Palabra Pausada
del más hondo y profundo sentimiento de amor,
para que se transforme en Palabra Elevada,
irradiando frecuencias de un Orden Superior..
Y al ir sólo emitiendo frases dulces y amables…,
-aquellas que transmiten ternura y compasión…-,
sentirás en el brillo de un instante insondable,
que en lugar de tus labios… ¡habla tu corazón…!
Jorge Oyhanarte