Hecha estás de colores, de sonidos,
de fragancias y tactos.
Por eso te aman todos mis sentidos,
más allá de promesas y de pactos
No sé si malgastado o constructivo
ha discurrido el tiempo de mi vida.
Una red se me dio que, si tendida
sobre el mar, cumpliría su objetivo.
Mas mi afán absorbente, compulsivo,
no era el pez que en el agua se descuida;
cosas hay que trascienden la comida,
allende lo trivial, lo productivo.
Tal vez loco de atar, o idealista,
lancé mi red al cielo y, optimista,
quise atrapar las nubes de algodón.
Y en tal empresa insólita abstraído,
lastimado me vi, mas no vencido,
persiguiendo incansable mi ilusión.
Francisco Alvarez