Mantengo esta verdad en mente y corazón: todos somos hermanos.
La oración que Jesús enseñó a sus discípulos comienza con las palabras: “Padre nuestro”, los autores de Unity Richard y Mary-Alice Jafolla escribieron: “Solamente esas dos palabras contienen todo lo que necesitamos saber acerca de nosotros y de nuestra relación con Dios.
“ Esta frase nos dice que todos somos creados y amados por el Creador, lo cual hace que todos los seres humanos seamos hermanos en el sentido más fiel de la palabra”. Mantengo esta verdad cerca en mente y corazón: somos uno. Bien sea mi familia, amigos cercanos o conocidos, los recibo a todos en mi corazón como mi familia espiritual. Con una mente abierta y amor ilimitado, oro por la paz, la salud, la seguridad y el bienestar de todos mis hermanos.
Pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.—Gálatas 3:26
Los físicos dicen que cada partícula está conectada con toda otra partícula en el universo. Lo mismo es cierto en cuanto a la humanidad. Nadie está separado ni aparte. Nadie es superior ni inferior. Todos provenimos de la misma Fuente divina.
La luz interna que nos da vida y nos sostiene también nos une en un propósito: crecer en Espíritu. La esencia de cada alma es revelada como nuestro espíritu interno, en el cual todos somos uno.
¿Cuál es la mejor manera de sentir esta unidad divina que nos guía y sana? Tomando un momento para enfocar nuestra atención en el corazón. Gracias a nuestra unidad con Dios, honramos nuestra unidad con todas las demás almas a lo largo del camino de la vida.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón … y a tu prójimo como a ti mismo.—Lucas 10:27