CURACIÓN
Pienso, siento y fomento salud y bienestar.
Mis pensamientos son poderosos. Esto es especialmente evidente con respecto a mi salud. Cuando mantengo pensamientos de fortaleza y vitalidad, estoy receptivo a la energía sanadora de Dios. Cuando mantengo pensamientos de gozo y paz, estoy receptivo al espíritu de Dios que me alivia.
Del mismo modo como puedo arreglar mi computadora cuando no funciona bien, puedo cambiar mis pensamientos y hábitos cuando no son beneficiosos. Cambio mis pensamientos de la preocupación y el temor a la esperanza y la curación. Cambio mi estilo de vida de inactivo a vibrante, y reemplazo elecciones no saludables con un nuevo plan de salud y bienestar que me bendice en mente, cuerpo y espíritu.
Sáname, Jehová, y quedaré sano.—Jeremías 17:14