Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo frenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar; aquellas que aprendieron nuestros nombres, ésas ... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aún más hermosas, sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día... ésas ... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de sus profundo sueño tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido... desengáñate así ... ¡no te querrán!
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
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