Un hombre irresponsable y que se había portado muy mal con su pobre
familia, muere al fin. En el acto del entierro, un pariente lejano
pronuncia la oración fúnebre:
Fue un esposo modelo y un padre ejemplar.
Al oír eso la viuda toma de la mano al niño que está a su lado y le
dice:
Vamos hijo, nos equivocamos de entierro.