Suceda lo que suceda mientras tengas vida tienes un tesoro enorme para valorar...
No dejes pasar los días sin haber puesto en ellos lo mejor de ti.
Si las cosas no resultan como esperas, no te desesperes, quizás no es el tiempo ahora, quizás no es el momento.
Si sientes que tu vida pierde el equilibrio y que como un avión vas cayendo sin poder hacer nada, dejate llevar, si bien vas a golpearte e incluso a lastimarte si te opones, la resistencia te hará sufrir mucho más.
Si cada día al despertar dolores, malestares o sinsabores llaman a tu puerta dejalos entrar y aprende a convivir de a ratos con ellos, pero no hagas que pasen a ser parte de ti mismo, hace que sean como las tormentas, si bien no las deseamos sabemos que tarde o temprano terminan.
Si las preocupaciones frenan tu vida y te hacen sentir pesado en el andar, por un instante dejalas de lado y regalate un momento de los que te gustan, sea de intimidad, de relajación, de diversión y luego vuelve a sentir su peso aunque ya no será el mismo pues te reencontraras con muchas más fuerzas para tolerarlas.
Si sientes que caminas sin rumbo, sin saber a dónde ir, no importa! en algún punto siempre se descubre el camino.
De nada sirve buscarlo cuando estamos mal pues no se disfruta al contrario hasta molesta tener que dar un paso, en cambio cuando dejamos que la vida fluya y nos lleve todo es diferente.
Todos los problemas tienen solución en esta vida... Solo que muchas veces no vemos absolutamente nada porque nos dejamos aplastar por ellos.
Siempre se abre una nueva puerta cuando otra se cierra...
La sonrisa, el afecto, el amor, las ganas y las fuerzas deben estar presentes todos los días en nuestra vida.
Y si a ellas les agregamos la fe y la esperanza en un futuro mejor todo se hace posible y vivir se convierte en un juego precioso en el que salimos a ganar todos los días aún cuando nuestro adversario parece mejor dotado que nosotros.
Todo sucede por algo, lo bueno y lo malo.
Nada sucede por casualidad. Con el tiempo llegas a comprenderlo.
Graciela De Filippis