Estuvieron pensando un buen rato
dónde podrían obtenerla, ya que era una noche
muy fría para andar por el campo. En ese momento,
una de las brujas se acordó de Jack
Jack era un muchacho algo egoísta,
al que todo le disgustaba. Lo único importante
para Jack, era su plantación de calabazas,
la más grande y única del lugar.
A pesar de que él sólo no daba abasto
para consumir toda su plantación,
prefería que se pudrieran a compartirlas
con los demás. Las brujas decidieron ir a casa
de Jack para perdirle la calabaza que les hacía falta.
A pesar de que golpearon la puerta insistentemente,
Jack pasó de abrir la puerta, ignorándolas
por completo.
Cansada de la actitud insolente del muchacho,
una de las brujas decidió hacerle un hechizo
para darle una lección. Encendió una vela, la cual
situó en el suelo delante de la puerta de Jack y junto
a ella, oculta en las sombras, colocó una de las calabazas
huecas que habían en el jardín.
Una vez hecho ésto, la bruja, bajo engaños,
logró convencer a Jack para que saliera al exterior,
incitándole a saltar sobre la vela. Jack saltó
inocentemente, sin darse cuenta de la calabaza que estaba
junto a ella. Al saltar sobre la vela, el hechizo de la bruja
surtió efecto y Jack desapareció en el
interior de la calabaza. Las brujas muy contentas,
colocaron la vela en el interior de la calabaza hueca,
la cual había adoptado los rasgos humanos de Jack
y una vez cogida la calabaza que les hacía falta
para su cena, montaron en sus escobas y alumbrándose
con su "Jack Lantern", levantaron el vuelo.