Si sientes que no puedes lograr algo, no te desanimes.
Piensa en el ave, que paja a paja hace su nido.
Piensa en el sol, que alumbra los espacios siderales hasta llegar a su destino; en la planta que lucha por florecer, a pesar del viento frío; en la hormiga que carga un granito de trigo en la roca, que es perforada por el constante rocío; en el niño pequeño que a hablar ha aprendido.
Y en Dios que, en su inmenso amor, siempre está contigo.
Y, si alguna vez fracasas, después de haberlo intentado todo, recuerda que haber fracasado no significa que eres un fracasado; significa que todavía no has tenido éxito.
Fracaso no significa que no has logrado nada, significa que has aprendido algo. Fracaso no significa falta de capacidad, sino que debes hacer las cosas de distinta manera. Fracaso no significa que Dios te ha abandonado, sino que Dios sigue esperando y confiando más en ti.