"No te dejes llevar por la tristeza, ni dejes
que tus pensamientos te atormenten.
Un corazón alegre es la vida del hombre,
y la alegría le alarga la vida. Sosiega tu
espíritu, y consuela tu corazón; aleja de ti
la tristeza, porque la tristeza ha perdido
a muchos, y ningún provecho se saca
de ella. La envidia y la ira abrevian los
días, y las preocupaciones hacen envejecer
antes de tiempo. El e corazón radiante
tiene buen apetito: le aprovecha todo
lo que come" (Eclesiastés 30, 21-25)