Buscar rápidamente a alguien que ocupe el lugar de un "ex" puede funcionar a modo de analgésico que aplaque el dolor, pero siempre será un error que terminará lastimando al "sustituto" y a nosotros
¿Quién no pasó alguna vez en su vida por una separación, sea un divorcio o una ruptura? Superar esa etapa no es ni fácil ni rápido. Y cuanto más importante haya sido esa relación, más arduo será el trabajo de elaboración. La tristeza, el desgano, los cambios de humor y a veces el resentimiento son emociones habituales durante el período de transición entre una historia que se rompió y el comienzo de una nueva pareja.
La famosa frase de mi abuela "a rey muerto, rey puesto" es bastante útil para consolar a quienes sufren, y transmitirles esperanza, pero es poco cierta y efectiva, porque si empezamos un romance sin haber cerrado bien las heridas del pasado seguramente habrá muy pocas posibilidades de ser felices en esa nueva relación.
Dicen que el dolor por la separación dura entre seis meses y dos años, pero que –obviamente- depende de la actitud de cada persona y de la intensidad con que haya tenido ese amor. Los especialistas afirman que dejar salir la tristeza ayuda, y que así se supera más rápido que si la negamos o la tapamos con otra relación.
Por empezar, porque después de una ruptura quedamos muy vulnerables y solemos elegir muy mal. Y aquí sí que cabe muy bien otra de las frases de mi abuela: "un clavo saca otro clavo", porque ¡solemos "clavarnos" con cada cosa con tal de no estar solos! Y porque –como dicen los que saben- si el lugar que tenía el ex en nuestro corazón sigue ocupado, no puede ser llenado por otro.
El período posterior a una ruptura puede ser transitado con la compañía de otros afectos: los amigos, la familia, o puede ser aprovechado para conocer gente nueva e interesante, con la que no necesariamente tenemos que iniciar un vínculo afectivo.
Una etapa de reflexión, un tiempo para analizar los errores propios y cambiar, un período de aprendizaje para elegir más sabiamente la próxima vez.
Y como dice la sabiduría popular, y Alejandro Sanz en su canción, "después de la tormenta siempre viene la calma...", " ...y hoy me dejas de nuevo el corazón partío". A todos nos rompieron el corazón al menos una vez, y por muy oscuro que nos parecía el futuro, por mas que -parafraseando a Sanz- hayamos pensado "después de tí no hay nada", la verdad es que la tristeza siempre tiene un final, y después de él o ella, siempre habrá un otro para volver a enamorarse. El problema es darnos cuenta exactamente cuándo es que realmente tenemos superada la vieja historia y estamos listos para otro amor.
A veces tratamos de dejar una puerta abierta a lo que quedo atrás, y no es precisamente porque esa persona que se fue sea tan valiosa que queremos conservarla "como amiga", sino porque hay algo ahí que no quedó resuelto, o porque íntimamente fantaseamos con volver. Los profesionales aconsejan que si la ruptura es reciente pero definitiva, lo mejor es no tener ningún tipo de contacto con el "ex", hasta tanto estemos seguros de que ya no nos hará daño el hecho de verlo.
Dicen que el tiempo cura todo, pero... ¿cuánto tarda? Porque para esas cosas todos somos bastante impacientes. Y a veces, para salir rápido del dolor, para cicatrizar las heridas, usamos a otras personas a modo de "anestésicos" en lugar de esperar el proceso natural de curación. Y eso no es justo para los "nuevos", ni efectivo para nosotros
por María Isabel Sánchez