LA MUSICA
En el rincón oscuro del café la orquesta es un extraño surtidor.
La música se riega sobre las cabelleras.
Pasa largamente por la nuca de los borrachos dormidos.
Recorre las aristas de los cuadros ambula por las patas de los asientos y de las mesas y gesticulante y quebrada va pasando a rachas por el aire turbio.
En mi plato sube por el pastel desamparado y lo recorre como lo recorrería una mosca.
Intensamente da vueltas en un botón de mi jersey.
Luego desbordada
expande en el ambiente.
Entonces todo es más amplio y como sin orillas…
Por fin desciende la marea y quedan cada vez más lejanas más lejanas unas islas de temblor en el aire.
d/a
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