Un hombre se acercó cierta vez a una construcción y
observó a tres individuos que sacaban paladas de
tierra de una larga zanja. Le preguntó al primer hombre
qué estaba haciendo. Este se enderezó y respondió lo que
para él era evidente: Estoy cavando una zanja.
Se acercó al segundo obrero y le preguntó lo mismo.
La respuesta fue apenas un poco más amable:
Trabajo para vivir, solo eso…
Para alimentar a mi esposa e hijos.
Cuando le preguntó al tercer hombre qué hacía, este
respondió con énfasis y una actitud positiva:
Vea señor, estoy construyendo parte de una serie de
canales de irrigación que convertirán este árido
valle en una rica zona cultivable que producirá
alimentos para combatir el hambre en el mundo.
Mire más allá de las tareas aparentemente insignificantes
y de los errores nimios de hoy y concéntrese en la totalidad
del cuadro, en lo que finalmente sirve a los demás.
Hallará mayor satisfacción en el yugo diario si se
considera un creador de joyas para la corona del
Señor en vez de un simple pulidor de rocas.
Uno debe tener objetivos a largo plazo para evitar
la frustración de los errores a corto plazo.
Vía Renuevo de Plenitud