1.-Lo primero es hacer ejercicio con regularidad. Una rutina de 30 minutos diarios son suficientes para trabajar la grasa almacenada.
2.-Cambia los malos hábitos alimentarios, realiza mínimo las tres comidas al día con un espacio no mayor de 6 horas entre cada comida.
3.-Si puedes agregar dos pequeños refrigerios en los que incluyas principalmente vegetales y una pequeña porción de proteínas no mayor a 04 gramos como requesón, queso cottage, queso fresco o panela.
4.-Puedes agregar suplementos como la lecitina de soya, vinagre de manzana, coenzima Q10, que ayudaran a mejorar la función de todas tus células, especialmente las del hígado, encargadas de la conversión de las moléculas de grasa en energía.
5.-Reduce el consumo de grasas de tu dieta, guisa sin aceite, utiliza sólo una ración de grasa por tiempo de comida, puedes incluirla de diferentes maneras, por ejemplo en la mañana; 6 piezas de almendras, en la tarde; 1 cucharadita de aceite para aderezar tu ensalada y por la noche; una pequeña rebanada de aguacate.
6.- Elimina las grasas trans de tu dieta, es decir las grasas de origen vegetal que fueron sometidas a altas temperaturas se consideran grasas trans así como las grasas parcialmente hidrogenadas, son grasas que se acumulan en nuestro arterias con mayor facilidad.
7.-Elimina el consumo de azúcares simples, como azúcar refinada, dulces, refrescos, harinas refinadas, este azúcar se convierte con mayor facilidad en triglicéridos, la manera en que las grasas se almacenan en las células.
8.-Toma mínimo 2 litros de agua natural, entre las comidas, antes de comer, tomar un té de boldo o té verde antes de las comidas.
9.- Consume todos los días un rábano, te ayudará a aumentar tu metabolismo.
10.- Un ungüento de chayote, pepino y alcohol aplicado antes del ejercicio, ayudará a reafirmar tejido de tu piel.