Bailemos, dejemos que la lluvia abra la piel y esponje el corazón.
Bailemos juntos porque el tiempo apremia, todos, porque el aire no tiene dueño y los olmos sonríen a todos por igual.
Dancemos la canción de la esperanza rostro con rostro porque nuestro es el cuerpo y la duda que nos sostiene, y es tuyo y mío el pan de la mañana.
Bailemos avivando, haciendo una mirada del camino, (o muchas porque hay ojos ciegos) Mañana puede ser tarde, el río no regresa y los pies salen a la pista con el primer compás. Si te reprimes no coges el tempo, (o puede que sí porque nunca es tarde) siempre hay algunos pasos fatigados repitiendo tonadas del último tren.
Cantemos y bailemos, no dejes que adormezcan la voz, sólo hay que seguir el acento y llenar los pulmones que guardan la palabra