El silencio calla guardado en un baúl de recuerdos Y no existe llave que pueda cerrar la luz que emana, Grises destellos desgastados por el tiempo surgen Hacia el mundo de la memoria.
A veces
Se contempla desde el ocaso La figura de un fantasma que merodea a tu alrededor, Y te envuelve caprichoso la melancolía de un sueño sin paso Huellas y cicatrices acongojan el sentir dormido Sangra la herida invisible por tu pecho intocable.
A veces
La mirada se apaga fecunda en el crepúsculo dormido Se queda sin nacer la esperanza y muere la esencia del ser, Deambula entre sombras la brisa de una alborada Y el rocío trasforma lagrimas gastadas, Las hojas bañadas de angustia prevalecen húmedas.
A veces
El vacío se apodera del rumbo, A paso ambiguo continuas el laberinto cubierto de oscuridad Sin luz ni señales buscas la salida desesperado, Te enloquece sentirte tan solitario, Cargas el peso de una búsqueda y te cansas.
A veces
El tiempo es tu enemigo y sientes que ya es tarde Te conformas en la baraja de la suerte, Y observas con ímpetu desbordante el destino posado, Arrodillado ante la condena perpetua decides no luchar, Rendido caes a los pies de la vida y así te quedas sin aliento.
A veces
Despiertas ilusionado al fervor de la sed de amar que en tus venas fluye Y vives otra vez, como un niño anhelando tu corazón latir enamorado, Tus ojos brillan con la intensidad loca de un deseo despertado.
Y así a veces
Renace libre y grita la voz emocionada los versos poéticos del amor No dejes pasar el tiempo, no abandones la búsqueda Busca en ti la fuerza y el valor, La senda es amplia, camina donde la hierba te acaricie los pies ,Y brille con majestuosidad la luz del sol, A veces es preciso oír la voz del corazón .