Leí mil libros,
mil y mil millones más,
me postré en mil templos,
mil y mil millones más...
Le grité,
le llamé, le perseguí,
le tendí trampas
y astutas celadas...
Caminé recorriendo el mundo,
busqué debajo del océano
y de las rocas
y aún en los volcanes...
Me bauticé en mil sectas
mil y mil millones más,
me inicié con mil maestros
mil y mil millones más...
Pero Aquel que buscaba,
no estaba en esos lares,
no estaba huyendo
ni perdido...
Pues siempre, siempre,
estuvo en mi corazón
esperando a que yo dijera
Señor: Soy tuyo, sálvame...
PAZ & AMOR