

Y cada día al despertar,
al respirar
y habitar de nuevo nuestro cuerpo,
olvidamos que estamos viviendo un milagro...
Y cada día,
al ver los colores y sentir los olores,
y al utilizar el verbo santificado,
olvidamos que estamos viviendo un milagro...
Y al amar,
al soñar, al reir,
al discutir, al llorar,
olvidamos que estamos viviendo un milagro...
Un milagro, sin duda,
que la luz en nuestros átomos
haya creado moléculas y células
y órganos y nuestro cuerpo....
Si, un milagro,
que todas estas maravillas,
puedan reconocerse
y ser conscientes de si mismas...
Un milagro,
claro que si,
al caminar, al sentir, al crear,
al respirar cada bocanada de aire...
Si... un milagro,
especialmente cuando recordamos
nuestra naturaleza efímera
y al mismo tiempo divina y eterna...
Un milagro,
en unidad con cada ser del universo,
que es un milagro a su vez,
de Aquel que todo lo hizo..
|