Te amo en ráfagas de ideas, en cataratas de abrazos, en sedosos ramalazos de besos, en odiseas de manos cuyas tareas se rueguen o planifiquen, en actos que intensifiquen cuanto ya se está viviendo, y en todo lo que no entiendo ni deseo que me expliquen.
Brevería Nº 2375
Se me agotan los temas Se me agotan los temas, y los visto de exóticos ropajes, les doy sombras que realzan su apariencia, los expongo a otro ángulo de luz que los decora variando su figura o contenido, aunque en el fondo llevan en su alforja los mismos atributos, idénticos aromas, y análogos estilos, repitiendo las mismas ceremonias. La persona y su imagen, uno y muchos, el hombre y los disfraces, que se adoptan según las circunstancias, y consumado el juego, se deshojan. Así voy revistiendo los asuntos tratados, que se agotan, y necesitan una vida nueva, un rostro diferente, nueva ropa, dándoles aire de recién nacido por lozanía y forma.
En estas leves transfiguraciones, el enfoque es vital. La rosa es rosa, mas su presentación la hace distinta, según cómo, a qué luz se la decora. El asunto, la trama, pueden no ser la clave de la obra; el estilo lo es siempre, pues en él la belleza se arreboza.
Si reincides a veces en lo mismo, dale una nueva forma, que a quien lea o escuche le parezca inédita rapsodia.
Sigo revisitando viejos temas: Una gaviota es siempre una gaviota, la estrella es lo que fue millones de años, y la violeta siempre tan hermosa. Pero les doy ropaje diferente cuando espontáneas de mi pluma brotan. Ahí está la belleza, en su atavío, no en las propias cosas. Los Angeles, 19 enero de 2013