Por única vez he peinado el trigal
de tus cabellos con mis dedos,
y he llenado de esperanza
a mis brazos vacíos,
he querido llorar tu silencio
y guardar mis lágrimas en el cofre
de los tristes recuerdos,
he arrancado un errante suspiro
del fondo de mi alma hecho verso,
sin ti he contemplado las estrellas
y un manantial ha inspirado
en su ribera al bambú su tallo
que baila en cada soplo del viento,
¿existes tú? y no puedo verte,
seguiré buscando el sendero
que un día me dejó tu huella,
y aunque pasen los siglos
me renovaré de ti para crecer,
y bendeciré en el templo
nuestro amor la dulzura
de cada mirada que me diste
en cada amanecer, y que yo
grabé en mi memoria
para no olvidarte nunca...
El Caminante...