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General: QUE SIGNIFICA EL HOMBRE SIN ROPA DE BODAS MATEO 22
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 11/01/2022 03:29

Qué significa el hombre sin ropa de boda en  Mateo 22: 11-13 ? «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,

12 le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" El se quedó callado.

Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes."

14 Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.»

[V.11-> Entró el rey Cristo . En la parábola de la gran cena (Luc 14:16-24) no hay nada que se parezca al pasaje de Mat 22:11-14. Para ver a los convidados. El rey entró para ver si todo iba bien y especialmente para observar quiénes eran los invitados que sus siervos habían reunido por los caminos. En cierto modo, la inspección de los invitados representa un proceso de juicio, la determinación de quiénes podrían permanecer. Según PVGM 251-252, representa la obra del juicio investigador (ver com. Ap 14:6-7). Vestido de boda. Un salón de fiesta lleno de invitados debidamente ataviados constituiría un honor para el rey y para la fiesta. Uno que estuviera vestido en forma inapropiada deshonraría al anfitrión e introduciría una nota discordante en las festividades. El vestido de bodas, que simboliza la justicia de Cristo su santa ley Éxodo 20:1,17 y su gracia junta su santa Biblia (PVGM 252), es obsequio del rey. El rechazarlo equivale a rechazar lo único que podrá convertirnos en hijos e hijas de Dios. Al igual que los invitados de la parábola, no tenemos nosotros ninguna ropa apropiada para vestir. Seremos aceptables a la vista del gran Dios sólo si estamos vestidos de la perfecta justicia de Cristo en virtud de sus méritos. Estas son las vestiduras blancas que aconseja a los cristianos que compren (Ap 3:18; cf. Mat 19:8). El que no tenía vestido de bodas representa a los falsos cristianos que piensan que su justicia o la gracia es suficiente (PVGM 256). Al parecer, este invitado se interesaba sólo en el privilegio de participar del banquete del rey. No valoraba verdaderamente el privilegio que le había sido concedido. No le importaba el honor del rey ni la importancia del acontecimiento. Olvidaba que la fiesta se hacía en honor del hijo del rey y, por lo tanto, en honor del rey mismo. No importa cuán bien se hubiera vestido, había rehusado recibir lo único que lo calificaba para sentarse a la mesa del rey y gozar de la fiesta y del banquete que acompañaban la celebración de las bodas rechazo su ley Juan 14:15,25.]

[V.12-> Amigo. El rey se acercó al invitado con todo tacto y le dio amplia oportunidad de explicar su proceder. Sin duda, el rey habría estado dispuesto a perdonarlo si la carencia del vestido de bodas no se debía a su propia falta, sino a que, sin darse cuenta, los siervos del palacio no le hubieran dado el vestido. Enmudeció. Gr. fimóō, “amordazar”, “imponer silencio”. Evidentemente, el invitado mismo era culpable. De otro modo, al punto se habría defendido. Su error había sido intencional; había rehusado aceptar el vestido que se le había dado, quizá por haber considerado que el que llevaba puesto era superior al que se le ofrecía, quizá por considerar que no era necesario incomodarse.] 

[V.13-> Echadle. Los seres humanos quedan excluidos del reino de los cielos debido a sus propias elecciones erradas. Esto fue lo que ocurrió en el caso de las cinco vírgenes fatuas (ver com. Mat 25:11-12). El que fue echado pudo entrar en el salón de fiesta sólo en virtud de la invitación real; pero sólo él era responsable de que fuera expulsado. Nadie puede salvarse a sí mismo, pero sí puede condenarse a sí mismo. Por el contrario, Dios puede “salvar perfectamente” (Heb 7:25, BJ), pero no condena en forma arbitraria a nadie, ni les niega la entrada en el reino. Las tinieblas de afuera. Cf. Mat 8:12; Mat 25:30. Estas son las tinieblas del olvido eterno, de la separación eterna de Dios, de la aniquilación. En la parábola, las tinieblas se tornan más densas al contrastar con las brillantes luces del salón de la fiesta de bodas. Allí. Es decir, en “las tinieblas de afuera”. Crujir de dientes. Ver com. Mat 8:12.] 

[V.14-> Muchos son llamados. Cristo había expresado esta verdad en otras ocasiones (Luc 13:23-24). Se extiende la invitación evangélica a todos los que estén dispuestos a aceptarla: “El que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Ap 22:17). Todo aquel que tiene sed de las aguas de salvación puede aceptar la invitación: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Jn 7:37). En el Sermón del Monte Jesús prometió que todos los que tuvieran sed y hambre de justicia serían saciados (Mat 5:6). Pocos escogidos. Esta verdad no se basa en ningún punto específico de la parábola misma, sino es una conclusión general que se relaciona con ella. En la parábola sólo se insinúa que los invitados que se negaron a asistir a la fiesta fueron “muchos”. Jesús sencillamente está afirmando aquí el hecho fundamental de que, en comparación, pocos estuvieron dispuestos a aceptar la generosa invitación y a entrar en el salón de la fiesta. Del mismo modo, Jesús dio claramente en el Sermón del Monte que sólo eran pocos los que hallaban el camino a la salvación, mientras que eran muchos los que entraban por el camino ancho que lleva a la perdición eterna (Mat 7:13-14).] 







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