Lunes, 6 de octubre del 2014 - 17.28 h
Hong Kong recupera lentamente el pulso cotidiano mientras la protesta estudiantil lo pierde a chorros y muchos se preguntan si expira ya sin remedio. Las concentraciones que atrajeron la semana pasada a decenas de miles de jóvenes se han reducido durante el día de hoy a unos cuantos centenares.
Los colegios de las zonas afectadas han reabierto, los 3.000 funcionarios de la sede gubernamental han vuelto al trabajo y los coches han regresado a algunas de las calles cortadas, aunque el tráfico en los distritos centrales de la excolonia sigue siendo lento por las líneas de autobuses canceladas y las vías aún bloqueadas.
Tras más de una semana, el vigor de las protestas ha caído y muchos se preguntan si es un bajón temporal o el principio del fin. Alex Chow, líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, ha prometido que las concentraciones seguirán. “Antes de que el Gobierno dé un paso atrás, será difícil que nosotros nos retiremos”, ha dicho hoy a la prensa. Los estudiantes y la plataforma civil Occupy Central exigen la dimisión del Jefe Ejecutivo hongkonés, CY Leung, y un sufragio universal con libre designación de candidatos en 2017.
Estudiantes y Gobierno se esfuerzan en entablar unas negociaciones pero las condiciones de ambas partes lo impiden. Por ahora no han ido más lejos de charlas preparatorias para fijar el espectro de las negociaciones. Leung ofreció la semana pasada sentarse a hablar con los representantes estudiantiles pero estos, después de aceptar, se echaron atrás después de las agresiones que sufrieron varios de sus seguidores a manos de mafiosos. El Gobierno advirtió que todas las áreas ocupadas debían de quedar desiertas esta mañana y prometió que utilizaría todas las medidas necesarias para recuperar el orden social.
Noche tranquila
Los ánimos han decaído entre los manifestantes. El cansancio, el miedo a la represión policial, la certeza sobrevenida de que los objetivos son imposibles o el regreso a los quehaceres diarios han limado la participación. La noche fue tranquila en Admiralty, punto neurálgico de las protestas, donde muchos de los estudiantes durmieron sobre el asfalto, el césped o en tiendas de campaña hasta que la megafonía les despertó para citarles de nuevo esta noche.
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