Ana Bella se casó con 18 años y su primer hijo llegó cuando tenía 19. Era una buena estudiante, pero a pesar de haber obtenido matrícula de honor en el instituto su marido no le permitió ir a la universidad. Este fue uno de los primeros indicios de que la relación que tenía con su pareja no era sana. Sufrió once años de malos tratospsicológicos y físicos hasta que una noche se escapó de su casa con sus cuatro hijos, denunció a su marido e ingresó en una casa de acogida.
"Cuando salí de la casa de acogida, cuando estaba por fin a salvo del maltrato, seguía sin poder dormir. Tenía cuatro niños pequeños, no tenía trabajo, no tenía dinero, no tenía una casa, no tenía estudios… Lo único que tenía era un certificado que acreditaba que yo era una víctima, y con eso podía solicitar una renta activa de inserción", explica Ana en una entrevista con RT.
En aquel entonces, la ayuda consistía en recibir 320 euros al mes. Una cantidad de dinero insignificante para poder sacar adelante a sus cuatro hijos: "Leía aquel papel y pensaba que lo único que había conseguido con 29 años era ser una mujer maltratada… Y me hundí, como tantas otras mujeres".
Sin embargo, un buen día se dio cuenta de que ella no era una víctima, como decía aquel certificado: "Yo era una superviviente. Yo era una mujer muy fuerte, una mujer resistente, una mujer con muchas cualidades positivas que había utilizado para aguantar durante tantos años un maltrato, y que ahora iba a utilizar para comenzar una nueva vida feliz con mis hijos. Todas nos merecemos una vida feliz".
"Hay una alternativa a ser asesinada, que es la de ser feliz"
Era el año 2002 y en los medios de comunicación solo aparecían noticias de mujeres asesinadas, campañas que mostraban duras imágenes de mujeres golpeadas, entrevistas a mujeres que habían sufrido malos tratos con la cara oculta, la voz distorsionado o llorando. "Si tu estás siendo maltratada y ves esto en los medios, tu no vas pedir ayudar para acabar así: muerta o muerta de miedo".
Comenzó entonces a aparecer a cara descubierta en la televisión, ofreciendo un testimonio positivo a las mujeres: "Si rompes el silencio y denuncias hay una alternativa a ser asesinada, que es la de ser feliz. Y si yo pude con cuatro hijos, pues ellas también pueden", reivindica.
Tras su primera aparición pública en un medio regional recibió más de mil llamadas de mujeres que buscaban ayuda o estaban dispuestas a ayudar. Y así nació la Fundación Ana Bella que, tal y como explica ella misma, es "una red de mujeres supervivientes que utilizamos nuestra empatía y nuestro testimonio positivo para ayudar a una media de 1.400 mujeres al año para salir de la violencia, para que rompan su silencio y emprendan una vida feliz".
Bajo la premisa "una mujer ayuda a otra", Ana Bella ha creado redes con otras fundaciones que trabajan con mujeres tanto en España como en Latinoamérica. Todas ellas ofrecen ejemplos positivos de superación para conseguir que las mujeres maltratadas se empoderen y se transformen en supervivientes, capaces de actuar como promotoras de igualdad y rompiendo, así, con el enfoque tradicional de la victimización.
"Empezamos alojando a mujeres en mi casa y ahora ya tenemos ocho viviendas de apoyo, y en México, por ejemplo, donde casi una de cada dos mujeres son maltratadas, ayudamos a mujeres que salen de los refugios pagándoles un año de alquiler para que no tengan que volver con los maltratadores", explica la promotora de la iniciativa.
1.200 millones de mujeres sufren la violencia de género en todo el mundo
Este viernes se celebra el día internacional contra la violencia de género. Una fecha que nos recuerda que una de cada tres mujeres en el mundo es maltratada por el mero hecho de ser mujer. "Eso significa que 1.200 millonesde mujeres, dos veces la población de Europa, somos maltratadas por el mero hecho de ser mujeres. No importa el país en el que vivas, la religión que proceses o tu color de piel. Ni siquiera importa tu nivel económico, social o cultural", explica Ana.
En el caso de España, una de cada 10 mujeres sufrirán violencia de género a los largo de su vida. Sin embargo, según los datos de la fundación, solo el 27% de ellas se atreven a denunciar, por lo que actualmente más de un millón y medio de mujeres en España no reciben ayuda. Para la fundación, se trata de mujeres invisibles para la sociedad y las administraciones.
"Es el Holocausto del siglo XXI", asegura Ana, quien explica el por qué: "El Holocausto fue una matanza de judíos y judías simplemente por serlo. Y fue tan atroz que el mundo no se lo creía hasta que acabó la guerra y las víctimas ofrecieron sus testimonios. Y ahora mismo, la violencia de género es tan atroz que tiene dimensiones de pandemia mundial. No es una lacra social, es una vulneración de los derechos de la mujeres y su dimensión es tan grande que parece que la gente no se lo cree".
En lo que va de año, 39 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España. Sin embargo, para poder ofrecer mensajes positivos y que las mujeres que sufren maltratos se animen a denunciar, Ana defiende un cambio en la forma de hablar sobre la violencia de género para centrar el discurso en el agresor: "39 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas en España durante 2016".
Cómo erradicar la violencia de género
Mujeres como Ana, consiguieron que en España el Gobierno aprobase la ley contra la violencia de genero en 2004, una herramienta que ha conseguido mejorar las condiciones de aquellas mujeres que deciden romper su silencio y denunciar los maltratos que sufren.
Sin embargo, para acabar definitivamente con el maltrato y asesinato de mujeres por el mero hecho de serlo, "tenemos que cambiar nosotros y nosotras", asegura Ana. "Enseñando a los niños desde pequeños a tener relaciones sanas en igualdad, no de dominio y sumisión, y a las niñas a ser asertivas, a tener amor propio y a quererse a sí mismas antes que a los demás, porque a las niñas se nos enseña a olvidarnos de nosotras por los demás cuando nos enamoramos. Y es todo lo contrario, primero tienes que quererte a ti misma para tener una relación sana. Sin víctimas tampoco habrá maltratadores", concluye.
María Jesus Vigo Pastur