|
General: Cataluña: una mirada histórica (1714-2014).
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 14/12/2013 13:43 |
Comienza el simposio que rompe las relaciones entre Cataluña y España
El nombre lo dice todo: España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014). Su solo enunciado ha dado que hablar y ha despertado las iras de un sector político y académico en Cataluña. ¿Se puede decir que España ha sojuzgado a Cataluña durante siglos? ¿Se puede afirmar que Cataluña es una víctima de la perversidad estatal de la España centralista? Hay motivos para pensar que sí y que no. Durante tres días, a partir de hoy, varios académicos detallarán las relaciones de España y Cataluña durante los últimos tres siglos. Pero son académicos con una sola visión y una sola misión: España ha sojuzgado, sojuzga y sojuzgará a Cataluña. No hay espacio para divergentes.
Eso es al menos lo que quieren dejar patente los organizadores. Y estos se centralizan en el Centro de Historia Contemporánea de Cataluña (CHCC). Su director es un socialista viejo, uno de los que en su día hicieron piña con el PSC pero que hace más de una década, tras ser nombrado director del Museo de Historia en el 2000 por Jordi Pujol, se pasó con armas y bagaje a las filas de Convergència. Es Jaume Sobrequés, un culé empedernido que no llegó a ningún cargo político por ser culé (fue directivo del club azulgrana entre 1993 y 2000), pero que es más conocido por el gran público por ser uno de los tertulianos del popular programa La portería, que dirige Pitu Abril, el sancta sanctorum de las tertulias deportivas.
La nota oficial de la Generalitat es muy clara: “Con motivo del 300 aniversario de la caída de la ciudad de Barcelona a manos de las tropas de Felipe V, el Centro de Historia Contemporánea y la Sociedad Catalana de Estudios Históricos convocan el simposio ‘España contra Cataluña’. El objetivo es analizar con criterios históricos, desde el siglo XVIII hasta nuestros días, las consecuencias que ha tenido para el país la acción política, casi siempre de índole represiva, del Estado español en relación con Cataluña”.
Sobrequés justificó el título del simposio por su contenido, que califica de científico y académico. “El título desvela una respuesta acientífica por parte de un sector del mundo académico español y ciertos medios y partidos”, subrayó. Claro que con un título semejante no se podía esperar otra cosa. Conocedor de los resortes comunicativos (fue responsable de comunicación del PSC durante muchos años), quiso provocar y lo logró. Con creces.
Una lección ‘sin permiso’
Y por eso le saltaron al cuello algunos partidos de la oposición. Al cuello y a la fiscalía. En parte, a Sobrequés, hombre curtido en declaraciones altisonantes, eso le trae al pairo. La lección inaugural del simposio es diáfana: España y Cataluña, 300 años de conflicto político. La pronuncia Josep Fontana, catedrático emérito de la Universitat Pompeu Fabra. Para quien no lo sepa, el profesor Fontana Lázaro es también miembro del consejo editorial de la revista Sin Permiso. Con multitud de reconocimientos académicos en medio mundo (sobre todo en la mayoría de países de Latinoamérica), su nombre no fue elegido al azar, sino cuidadosamente seleccionado para la lección inaugural del simposio. Y no pide permiso a nadie para decir lo que le rota. Siempre lo ha hecho.
El catedrático Josep Fontana
Los organizadores aseguran que este acto, que dura tres días, es puramente académico y científico, alejado de cualquier vinculación política. Pero ahí está quien está. Incluso el exconsejero socialista de Política Territorial y Obras Públicas –y en su tiempo candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat– Joaquim Nadal pronuncia una conferencia con el título "El catastro, la arrancada del expolio económico: siglo XVIII". Nadal es socialista viejo como Sobrequés, de su quinta y ambos de la cúpula socialista en los 90. Y antes, en los 80, aunque con menos peso. Dios los ha creado y ellos se juntan de nuevo.
También otros historiadores conocidos participan. Francesc Cabana, por ejemplo, aporta su conferencia "La economía catalana y el coste de las desigualdades españolas: siglo XX". O Jordi Maluquer, con "La industria catalana como motor de la economía española: siglo XIX". Incluso Josep Maria Solé i Sabaté tiene su espacio con la conferencia "Entre la autonomía y la reacción uniformizadora: siglo XX-XXI". Agustí Colomines, exdirector de la Fundación Trias Fargas, la fundación de Convergència, aporta su grano de arena con "La construcción de un estado liberal español: siglo XIX".
Denuncia en Fiscalía
Son nombres conocidos en los ambientes académicos, pero no menos significados políticamente. Para los partidos de la oposición, tanta parafernalia le sabe a cuerno quemado. El PP se presentó ayer en la Fiscalía de Barcelona para denunciar lo que considera una propaganda nacionalista tergiversada. Un escrito firmado por el portavoz parlamentario popular Enric Millo señala que el folleto de estas jornadas organizadas por la Administración pública catalana es una “inequívoca incitación al odio”.
El escrito de Millo señala que el simposio “ha recibido numerosas críticas procedentes tanto de historiadores como el hispanista John Elliot. "No vale la pena ni hablar. Con ese título ya sé que no me interesa. Es muy poco histórico y no tiene rigor ninguno. Es un disparate". O de instituciones como el Cercle de Cultura, que en un comunicado puso de manifiesto que "el título del simposio explicita una toma de posición muy alejada de las complejidades de la realidad histórica…".
UPyD también presentó una denuncia en Fiscalía por un presunto delito de provocación al odio. En esta denuncia, que firma el portavoz del partido en Cataluña, Ramon de Veciana, se señala que algunas expresiones contenidas en el programa de las jornadas (como "otro ámbito de actuación constante del Estado español es la represión lingüística y cultural" o las "condiciones de opresión nacional que ha padecido el pueblo catalán a lo largo de estos siglos") “se alejan de formulaciones académicas para entrar en el terreno de las descalificaciones genéricas generadoras de odio y discriminación entre colectivos por su adscripción nacional e ideológica”.
No se quedan ahí las cosas. Para el PP, “no hay que olvidar que muchos de los participantes en el simposio han hecho en los últimos meses declaraciones que pueden ser definidas como de incitación al odio y banalización del nazismo”, subraya el escrito presentado en Fiscalía. Y detalla que un artículo de Josep Fontana, bajo el título de "La deriva nazi del PP", que comparaba la “actual deriva centralizadora del PP” con la “actuación del NSDAP (el partido nazi alemán) en 1933 en su lucha por hacerse con el poder absoluto”.
Y otro apunte doliente: el clausurador de las jornadas, el filósofo Salvador Cardús, que pronunciará la conferencia "Lección de clausura: la humillación como desencadenante de la eclosión independentista", escribía hace poco en su cuenta de Twitter: “La corrupción en Cataluña es una consecuencia de su españolización en las últimas décadas”. Debe de ser porque en las décadas anteriores a las “últimas décadas” Cataluña no era España. Pero el simposio lo dirige quien lo dirige. Y Sobrequés, que sabe de lo que habla, puede alardear de que, antes de empezar, el evento ha sido un éxito. Por lo menos en cuanto a empaque comunicativo se refiere: todos hablan de él por su título, aunque nadie conoce su contenido.
.................
Seguro que aprenderemos mucho sobre lo que ha sido de la querida Catalunya durante estos trecientos años de sojuzgamiento por parte de España .... y sabremos no solo de historia política sino también de su economía ...su lengua ...sus costumbres ...su arte ...sus mejores hijos ... y todo lo que se discuta en el simposio dicho lo tomaremos o no en una forma crítica , como se debe tomar todo en la vida .- Para mí , Rubén , todo eso será un banquete para empaparme de muchas cosas que desconozco .-
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 7 de 7
Siguiente
Último
|
|
El Govern y PP se acusan de "manipular" la historia tras la inauguración del simposio catalán
- Arranca el simposio "España contra Cataluña, una mirada histórica"
- Homs dice que "no hay ninguna pretensión de imponer nada"
- Gobierno cree que se falsea la historia y Rubalcaba habla de "despropósito"
- PPC, UPyD y C's han denunciado el simposio ante la Fiscalía
Vídeos relacionados
Vídeo
Vídeo
RTVE.es/EFE 12.12.2013
El simposio "España contra Cataluña, una mirada histórica (1714-2014)" ha arrancado este jueves rodeado de expectación y polémica tras las críticas del Gobierno y la denuncia ante la Fiscalía presentada por PP, C's y UPyD que lo tachan de "incitación al odio", y la defensa de su "rigor histótico" que hacen la Generalitat y sus organizadores.
El conseller de Presidencia y portavoz del Govern, Francesc Homs, ha asegurado, en la inauguración del mismo, que el simposio no tiene "ninguna pretensión de imponer nada" y ha lamentado que haya dirigentes políticos que "usen" la historia para ganar posiciones que no obtuvieron en las urnas.
El conseller ha inaugurado en el Instituto de Estudios Catalanes (IEC) el simposio organizado por este instituto y el Centro de Historia Contemporánea de Cataluña, organismos públicos dependientes del departamento de Presidencia de la Generalitat.
Una decena de manifestantes, con banderas catalanas y españolas, y pancartas con lemas como "los nacionalistas están locos" se han concentrado a las puertas del IEC para denunciar la "lamentable falta de rigor" de un simposio pagado con dinero público, según ha explicado Manuel Parra, del movimiento España y Catalanes.
En su discurso de inauguración, Homs ha subrayado que en este simposio no se hablará de "la verdad" porque en historia no hay una única verdad: "No tiene ninguna pretensión de imponer nada, es un simposio que se hace desde el rigor académico y los que participan son una garantía en este sentido", ha señalado.
PP: "Ha llegado el momento de decir 'basta ya' a las mentiras de CiU"
Por su parte, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha afirmado este jueves que "ha llegado el momento de decir 'basta ya' a las mentiras de CiU y del independentismo catalán, a la manipulación de la historia y a que quieran separar y dividir".
En declaraciones a los medios de comunicación antes de asistir a los Desayunos Informativos de Europa Press, Sánchez-Camacho ha insistido en que la Fiscalía debe actuar contra el simposio porque "no se puede incitar al odio ni a la división ni a que haya un fomento de la hispanofobia y del odio hacia el resto de España".
Como alternativa al simposio organizado por la Generalitat, la líder de los 'populares' catalanes ha defendido la propuesta lanzada por su propio partido junto con PSC y Ciutadans: "Es muy importante que los partidos constitucionalistas estemos impulsando un foro protagonizado por la sociedad civil catalana en el que se haga pedagogía y se explique la verdad".
Varios ministros se han referido a este simposio. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha alertado de la "fractura social y familiar" que se está generando en Cataluña a raíz de iniciativas nacionalistas como la celebración del simposio, que están haciendo "daño" y "dividiendo" a esta comunidad autónoma. "Muchas familias y amigos reconocen que prefieren no hablar de política", ha dicho el ministro.
"Esto está pasando", ha advertido Fernández Díaz, antes de dejar claro que el falseamiento de la historia con la finalidad de justificar determinadas decisiones, "llevan a la división y al odio" y carecen del "más elemental sentido de la responsabilidad".
Críticas también ha recibido el simposio por parte del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, quien ha manifestado que es "un retroceso intelectual histórico" y que le produce "inmensa tristeza" que haya gente que pueda caer en ese "engaño"; y el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, quien ha insistido en que es "una flagrante falsificación de la historia".
Rubalcaba cree que está pensado para enfrentar a Cataluña con España
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho este jueves que el simposio es un "despropósito" y un "disparate" que "parece pensado para enfrentar a Cataluña con el resto de España".
En declaraciones a Antena 3 TV, Rubalcaba, que ha considerado que el simposio es "acientífico" al partir de "una conclusión ya predeterminada en el título", ha señalado que denunciarlo sólo sirve para "conseguir un titular".
Rubalcaba se ha preguntado "a qué España se refiere" el título del simposio, para añadir a renglón seguido "si es que los gallegos o los extremeños o los andaluces no sufrieron la dictadura de Franco" y sólo Cataluña ha "sufrido las desgracias" acontecidas en España y ha recordado que los ciudadanos sancionarán "este tipo de actitudes" en las urnas.
Por su parte, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha defendido la necesidad de establecer mesas de diálogo con el Estado y no impulsar simposios "de división" que, en su opinión, busca alimentar el enfrentamiento entre los que desde Cataluña quieren hacer antiespañolismo y al revés.
También ha criticado que el PP haya anunciado la organización de un foro sobre la verdad en respuesta al simposio catalán: "Estamos hartos de estos procedimientos que aumentan la crispación. Exigimos respuestas, soluciones y que algunos partidos sean más responsables".
Para el dirigente socialista, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, es "prisionero" del proceso que ha impulsado y que, a su juicio, no tienen ningún tipo de salida. Dice que esto ya lo admiten miembros de Convergència.
El Ministerio Fiscal estudiará el simposio
El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha explicado que el Ministerio Fiscal estudiará el caso para determinar si se abren diligencias previas o, por el contrario, se archiva las denuncias ante la ausencia de hechos penales.
Pero la polémica ha derivado asimismo en una enorme expectación mediática, que ha provocado que se hayan desbordado las previsiones iniciales, con una cifra de más doscientos inscritos a las sesiones, según han confirmado a Efe los organizadores.
El IEC se ha visto obligado a habilitar una sala anexa, debido a que la sala de conferencias tiene una capacidad para 150 personas en la que los asistentes seguirán las conferencias por circuito televisivo. Además, ha asegurado que son varias las "personalidades de renombre" que han solicitado asistir a las jornadas académicas.
Tres días de conferencias en la Sala Prat de la Riba del IEC, que tendrán su pistoletazo de salida con la lección inaugural del catedrático emérito de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Josep Fontana, bajo el título "España y Cataluña, trescientos años de conflicto político".
El simposio se vertebrará en base a cuatro ejes: el jueves se analizará la "represión institucional, política y administrativa" y la "represión económica y social"; el viernes, la "represión cultural y lingüística"; y el sábado, finalmente, el "exilio".
Un programa que contiene conferencias como "300 años de españolismo en Cataluña", "La economía catalana y el coste de las desigualdades españolas", "La apoteosis del expolio: siglo XXI", "Contra el alma de un pueblo: la represión cultural" o "La falsificación de la historia", entre otras.
|
|
|
|
El simposio "España contra Catalunya" denuncia la "represión" del catalán
Historiadores califican la supervivencia del catalán como una "anomalía histórica"
Política | 13/12/2013 - 17:51h
Imagen de la inauguración del simposio, con el conseller de Presidència, Francesc Homs. @govern
More Sharing Services
Barcelona. (EFE).- La segunda jornada del simposio España contra Catalunya: una mirada histórica se ha centrado en la "represión", según sus ponentes, de la lengua catalana en diferentes ámbitos como el cultural, social y el educativo a partir del Decreto de Nueva Planta de 1714.
El catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de Barcelona, Jordi Casassas, en la ponencia "Contra el alma de un pueblo: la represión cultural", ha afirmado que tras el decreto siguieron unos siglos de "gran represión" cultural por "una descompensación entre los dos mercados culturales", el español y el catalán.
Por su parte, el historiador August Rafanell, que ha hablado de "La lengua catalana: una pervivencia" se ha preguntado cómo es posible que tras el Decreto de Nueva Planta la lengua catalana se haya confirmado hoy en día como "idioma nacional de Catalunya".
Rafanell, que ha calificado la supervivencia del catalán como una "anomalía histórica", ha explicado que es un caso de "excepción" si se compara con el estado de otras lenguas que no han recibido el amparo de un estado.
La pervivencia del catalán como lengua propia de Catalunya "tras haber sufrido acciones conscientes para convertirlo en una lengua minoritaria", ha sido posible, según Rafanell, por la capacidad de sobreponerse a las adversidades de todos los catalanes.
En otra conferencia sobre "La españolización del mundo educativo", el profesor emérito de Historia de la Educación, Salomó Marqués, ha hecho un repaso histórico de las leyes y actuaciones más importantes del Estado en el ámbito de la educación para "españolizar la escuela catalana", así como las actuaciones al respecto por parte de las instituciones catalanas.
El simposio España contra Catalunya: una mirada histórica (1714 - 2014), que acabará mañana con la intervención del sociólogo Salvador Cardús, está enmarcado dentro de la conmemoración del tricentenario de la caída de Barcelona durante la guerra de Sucesión. Su convocatoria ha suscitado numerosas reacciones críticas, tanto en el Gobierno como en buena parte de los partidos del arco parlamentario nacional.
El presidente del Gobierno Mariano Rajoy ha considerado "falso" el enfoque de que "en el resto de España no se quiera a Catalunya". "Quienes cuentan eso -ha añadido Rajoy-, lo hacen para justificar la división que buscan y pretenden".
|
|
|
|
“Ya llevamos 300 años de agresiones y conflictos de España contra Cataluña”. Así se despachaba ayer el sociólogo Salvador Cardús por los pasillos de la sede del Instituto de Estudios Catalanes (IEC), en Barcelona, que acoge durante tres días el polémico simposio España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014). Cardús, profesor de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona, reflexionaba sobre los sinsabores de la alta política. Comparaba la eclosión independentista catalana con la primavera árabe. Porque, razonaba, al fin y al cabo, todo viene de lo mismo: “Los grandes cambios, las grandes reacciones, son consecuencia de las grandes humillaciones infligidas”. Y sacaba a colación la altivez de Alfonso Guerra cuando prometió que se iba a cepillar al Estatuto catalán que había sido aprobado en referéndum. Demasiada humillación. De ahí que Cardús sea el encargado de clausurar el congreso este sábado con una conferencia que lleva por título La humillación como desencadenante de la eclosión independentista.
El simposio dio que hablar con su solo título. El PP y UPyD fueron directos a la Fiscalía para denunciar que los solos enunciados de algunas conferencias podían incitar al odio. La propia presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho habló de fomento de la hispanofobia y el fiscal general del Estado prometió vigilar por el rabillo del ojo el contenido de las ponencias y de actuar si había algo ilegal. Y el propio ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, llegó a decir en los aledaños del Congreso de los Diputados que era lo menos científico que había visto nunca.
Pero en la sede del IEC, donde se celebró el minicongreso, había mucho optimismo. Lo derrochó su organizador, el exsocialista Jaume Sobrequés, presidente del Centro de Historia Contemporánea de Cataluña (CHCC). Y lo derrochó el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs. Ambos defendieron a capa y espada el simposio. “Desde la firmeza de mis convicciones patrióticas, tengo la certeza de que este acto académico es rigurosamente científico. Y que sepan que ya me he inmunizado contra los insultos. Tengo una inmunización total. Pero los enfrentamientos entre vigatans y botiflers, entre republicanos y nacionales, entre catalanes y sus enemigos… no se han borrado a través de los siglos”, exclamó Sobrequés, aquejado de una excesiva grandilocuencia.
El ‘afecto’ a España
Homs lanzó paladas de cal y de arena. Hizo, por momentos, cantos al afecto de los catalanes por “España”. “El pueblo catalán ha evidenciado su implicación en los acontecimientos españoles. El afecto de Cataluña a España es una realidad muy viva”, prometió. Pero recordó que lo que intenta el simposio es “ofrecer la posibilidad de conocer y valorar nuestra historia colectiva desde el punto de vista de la rigurosidad académica y con la mayor honestidad posible”. Afirmó que “es útil para corregir malas prácticas, pero la historia no debería ser una piedra que tirarse a la cabeza ni se habría de utilizar políticamente o para ganar una posición política. Nos equivocaríamos si pensásemos que el proceso que iniciamos se justifica sólo por nuestra historia colectiva. Aquí hay un proyecto futuro, sólido, firme, compacto. Y se ha de hacer con respeto y afecto hacia los pueblos que nos rodean y, especialmente a los pueblos de España”. Lo decía minutos antes salir corriendo para asistir a la reunión en el Palau de la Generalitat donde los partidos soberanistas llegaron a un acuerdo para fijar la fecha del referéndum independentista y las preguntas que se harán en el mismo.
Tras Homs, sin embargo, llegó la caballería. El catedrático Josep Fontana leyó la conferencia inaugural: España y Cataluña, 300 años de conflicto político. Fue un discurso de cierta rigurosidad académica. “En 1932, el propio Azaña reconoció que Cataluña fue el último estado que sucumbió al absolutismo. Y dejó bien claro que los defensores de las libertades catalanas fueron también los últimos defensores de las libertades españolas”.
Fontana habló de la cruel represión política después de 1714, el sojuzgamiento de Cataluña a la Corte de Felipe V y la imposición del castellano como idioma. A lo largo de estos tres siglos, hubo desafecciones grandes. Pero llegados a la Transición, afirmó que “el pacto del 78 y 79 se desvirtuó hasta llegar a la reforma educativa de Wert. No hemos avanzado nada y ello porque quieren realizar una reducción de Cataluña a una mera provincia”.
Era el aperitivo. El profesor de Ciencia Política de la UPF Ferran Requejo, presidente de la siguiente sesión, avisó de que “hemos pasado de ambigüedades a un marco de claras hostilidades”. De España hacia Cataluña, claro. Y desgranó que de los cuatro objetivos que tenía Cataluña en los últimos años (mejor protección, mayor autogobierno, una nueva financiación y conseguir un tipo de relaciones bilaterales con España) “no se consiguió ninguno”. Y avisó a Madrid que habrá más simposios como éste. “Iros acostumbrando, porque esto tendrá continuidad”, enfatizó. Y volvió sobre el tema de que el acto estaba hecho “desde el rigor, la seriedad, desde la contundencia también”.
16 propuestas pacíficas
Pero llegó Josep Maria Solé Sabaté, catedrático de Historia Contemporánea de la UAB para hablar de la autonomía y la reacción uniformizadora de los siglos XX y XXI. Abominó del secuestro del presidente Lluís Companys al final de la Guerra Civil española y de su ejecución. “El régimen se convirtió en una simple dictadura sanguinaria”, recordó. Solé subrayó que en los últimos cien años hubo 16 propuestas “pacíficas y políticas para intentar encajar a Cataluña en el mapa autonómico de España, pero no sólo dijeron siempre que no, sino que en cinco ocasiones hubo golpes de fuerza, ya fueran golpes de Estado o dictaduras. Y ahí apostilló que “la voluntad de las propuestas autonómicas de Cataluña a lo largo de la historia ha sido respondida siempre con intimidación ideológica, política e incluso personal”.
También especialmente duro estuvo Lluís Roura, catedrático de Historia Moderna de la UAB, que habló sobre La represión militar: el ejército sobre el país. “La experiencia de haber sido vencidos aporta beneficios cognoscitivos”, recordó. Y echó mano de varios historiadores para afirmar que tras la guerra de Sucesión, en 1714, hubo “terrorismo militar, la expresión de una espiral de dominio”. El Gobierno de Felipe V prometió pasar a cuchillo a los catalanes que no rindiesen en dos días, les estigmatizó acusándolos de “obstinados, rebeldes y ladrones” y les prohibió llevar armas, prohibición que se prolongó hasta que Napoleón invadió la península en 1808.
Fueron decenios, afirmó Roura, de absolutista poder monárquico, donde “la arbitrariedad del terror y el escarmiento habrían de ser instrumentos irrenunciables”. La voluntad de la monarquía borbónica, subrayó, era “uniformar” a los catalanes con el resto de los españoles y acusó al Estado español de ser el “yugo” de los ciudadanos de Cataluña.
El amor y el afecto pregonado por el consejero de Presidencia se iba disipando a medida que los ponentes exponían sus teorías. Por la tarde, el doctor en Historia Contemporánea Lluís Duran habló sobre 300 años de españolismo en Cataluña. Más de lo mismo. Y el aún socialista Joaquim Nadal tuvo su ponencia bajo el lema El catastro, el inicio del expolio económico: siglo XVIII. Luego llegaron Jordi Maluquer con La industria catalana como motor de la economía española: siglo XIX, el abogado e historiador Francesc Cabana con La economía catalana y el coste de las desigualdades españolas: siglo XX y la catedrática de Hacienda Pública de la UB Núria Bosch con La apoteosis del expolio: siglo XXI. Para entonces, con la fecha del referéndum más que confirmada y la pregunta sobre la secesión ya pactada y difundida, el afecto por España se había evaporado completamente.
Las verdaderas guindas
Pero la verdadera guinda era pequeños textos que hacían referencia a las ponencias de los profesores del simposio y que pretendían ser un resumen de los mismos. La gran mayoría del público asistente no pudo tener acceso a estos pequeños documentos. Se agotaron enseguida. Sólo optaron a la memoria del IEC y a las semblanzas biográficas de ocho de sus miembros que se regalaban a los asistentes.
Sin embargo, aen esos pequeños textos había auténticas perlas. “El Estado español, aislado en sí mismo, no acepta ninguna cultura más que la propia. Ninguna identidad diferente, todo hace creer que sólo sabe vivir en sí misma, en una espiral autodestructiva que absorbe libertades, culturas, derechos e igualdad”, dice el texto de Solé Sabaté.
Y el de Lluís Duran señala que “el españolismo en Cataluña tuvo siempre por objetivo construir una Cataluña española, dependiente y provincial. Actuó para zancadillear la obra del catalanismo y el despliegue normal de la catalanidad”. Acusó al franquismo de “genocidio cultural” y subrayó que “la expresión política del españolismo ha sido plural y actuó en ámbitos muy diversos, pero el último recurso ha sido, a menudo, la acción del ejército”.
Y el texto que hace referencia a Núria Bosch rescata el expolio fiscal y lo cifra en 16.542 millones de euros (el 8,5% del PIB) en el 2010. Comparó este agravio con otros territorios, como Massachusetts, Ontario o Flandes (cuyos déficits oscilan entre el 2 y el 4%) y concluyó que “un análisis de los determinantes del déficit fiscal de Cataluña demuestra que el 35% del mismo está causado por el mal sistema de financiación de la Generalitat”.
Y fue Cabana quien realizó un riguroso análisis de la industria y el comercio durante el pasado siglo. Reconoció que el Gobierno de Madrid “es muy centralista, con mínima presencia catalana en los diferentes gobiernos; tiene el control de las reglas del comercio y de la industria, pero entiende y valora más el poder financiero que el económico”. Recordó que las dos dictaduras del siglo XX tuvieron un profundo carácter anticatalán pero la situación comenzó a cambiar a partir de 1959, con el Plan de Estabilización, y con la entrada de Joan Sardá y Laureano López Rodó en puestos de responsabilidad. Cabana admite que tras la democracia “Madrid se moderniza y toma el control del poder financiero. Pero, a pesar de los obstáculos políticos y administrativos, la economía catalana acabará el siglo con una renta per cápita superior a la española y una reducción de las desigualdades”.
|
|
|
|
Una mirada histórica (1714-2014)
El 'simposio del odio' vende una Cataluña expoliada por España
ÁLVARO J. MEDINA
La conferencia "España contra Cataluña" se centra en la represión política, cultural y económica. "El Estado español, encerrado en sí mismo, no acepta otra cultura".
El simposio “España contra Cataluña: Una mirada histórica (1714-2014)”, que tuvo lugar desde el jueves y hasta ayer sábado en la sede del Instituto de Estudios Catalanes, contiene un ciclo de conferencias divididas en cuatro bloques: “La represión institucional, política y administrativa”, “la represión económica y social”, “la represión cultural y lingüística” y el “exilio”. Los títulos dejan clara la carga partidista, catalanista e independentista. En el primero de estos bloques, los ponentes Jaume Sobrequés i Callicó, director del Centro de Historia Contemporánea de Cataluña; Josep M. Solé i Sabaté, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB); Lluís Roura i Aulinas, catedrático de Historia Moderna de la UAB; Agustí Colomines i Companys, director académico de la cátedra Josep Termes de la UB; y Lluís Duran i Solà, doctor en Historia Contemporánea, reivindican la “lucha del pueblo de Cataluña para recuperar el autogobierno” cuyo “enemigo” a batir era el “centralismo de la Dictadura franquista”. Los catalanes “olvidaron” las diferencias producidas por la Guerra Civil y la “feroz posguerra”. El proyecto, según resume Solé i Sabaté, común se consiguió con los viejos y nuevos catalanes que creían en valores como el “pluralismo” y la “libertad política e ideológica”. En este sentido, el catedrático de la UAB señala que después de tantos “agravios”, “uno creía que España nos respetaría”. “La España centralista, cerrada y tosca -sigue- (...) se ha acabado imponiendo, a derecha e izquierda”. En otra de las arengas del nacionalismo, el catedrático afirma: “El Estado español, encerrado en sí mismo, no acepta otra cultura que la propia. Ninguna identidad diferente” y vive en “una espiral autodestructiva que absorbe libertades, cultura, derechos e igualdad”. En este mismo gran epígrafe se encuentra Lluís Roura i Aulinas, que aborda la “fuerza militar borbónica contra el país -Cataluña-” a lo largo del s. XVIII. Así, la Monarquía “niega los derechos históricos propios de las coronas de Aragón” e impone un supuesto nuevo modelo para culminar su proceso “absolutista”, que se consigue bajo la “acción” y “represión” militar. Según el también catedrático, “bajo el reino de los primeros borbones (desde el terrorismo inicial y el desarme hasta las medidas de reclutamiento y diversas formas de control de la sociedad -especialmente en la ciudad de Barcelona)”.
“El españolismo en Cataluña”, otra de las ponencias, que apunta que el objetivo es construir una “Cataluña española, dependiente y provincial” y que se va a concretar con el “genocidio cultural” con el “franquismo”. Asimismo, destaca que “la expresión política del españolismo ha sido plural y ha actuado en muy diversos ámbitos, pero como último recurso ha sido la acción del ejército”. “El franquismo es la expresión más larga y efectiva del españolismo. El ponente carga contra la figura de Ortega y Gasset, quien “planteó un relanzamiento del programa españolista y republicano que tendrá influencia posterior”.
En la segunda parte, se habló del expolio fiscal. Bosch, ponente de “la apoteosis del expolio: siglo XXI”, vuelve a sacar las balanzas fiscales, que tienen hasta ocho cálculos diferentes, en las que avala que el Gobierno se queda con 16.542 millones anuales del dinero de los catalanes, según el cálculo de flujo monetario en 2010. “La aportación de cada catalán al año es de 2.260 euros” en 2010.los 1.092 euros de 1986. “El déficit fiscal de Cataluña es mucho más alto que el de otros territorios con una riqueza relativamente parecida”, afirma. Esta tesis ya ha sido desmontada con los propios datos, al tiempo que oculta que Madrid es la CC AA que más aporta al sistema mientras que recibe menos que Cataluña. Así, por ejemplo dan por válidos los cálculos de la Generalitat de Cataluña que señalan que el Gobierno se queda con 16.542 millones de los impuestos de los catalanes, alimentando la tesis del “España nos roba”.
|
|
|
|
Una mirada desde otro ángulo :
Memorias de Cataluña (y de España)
El Congreso celebrado en Barcelona con el título España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014) ha provocado un conflicto político y otro historiográfico. Pero no se trata de conflictos a causa del nombre, a lo que algunos se adhieren como excusa, ni tampoco ha surgido el conflicto porque su comienzo haya coincidido con el acuerdo de CIU y ERC sobre la pregunta del referéndum independentista. Creo que nos hallamos ante un conflicto que expresa el estado de una ideología, el nacionalismo. Lo que está ocurriendo en Cataluña (y en España) me recuerda mucho aquel comentario de Marx referido al Imperio de Luis Napoleón Bonaparte, del que decía que remedaba la tragedia del primer imperio bajo la forma de comedia.
Bajo esta comedia se oculta, además, uno de los errores conceptuales que más tozudamente viene reproduciendo la mayoría de los historiadores españoles con el concepto de memoria. Cuando esos historiadores hablan de memoria, aparte de confundirlo a veces con las autobiografías o memorias, se refieren generalmente a la rememoración identitaria del pasado, rememoración que los gobernantes tienen encargada desde siempre a la historiografía. Esta función rememoradora es inherente al nacionalismo: para construir su identidad, el Estado-Nación recurrió a la narración de los hechos heroicos del “pueblo” que formó tal Estado o Nación, tanto o más que al cuidado de la lengua dominante.
Sabemos, desde que Eric Hobsbawm lo razonara así, que la memoria identitaria es una “invención”. Se trata, efectivamente, de una construcción ideológica, imaginada por los partidarios de trazar determinadas fronteras para determinada población, caracterizada ésta por algunos rasgos semejantes, denominados hoy rasgos étnicos: color de la piel u otros aspectos antropológicos, lengua, religión u otros aspectos culturales. Esos rasgos formaban lo que la ideología nacionalista denominó un pueblo, que los más osados llegaban a denominar una raza o categoría taxonómica de subespecie de la especie humana. Para estos nacionalistas decimonónicos, el pueblo o la raza se trasmitía genéticamente. Aunque el Congreso Internacional de Botánica del año 1905 determinó que no existían razas o subespecies en la especie humana, el nacionalismo siguió aferrado a esa idea de pueblo y ya conocemos el camino que ese concepto recorrió en los primeros cuarenta años del siglo veinte.
Racionalmente, esta idea ha caducado; pero pasionalmente, conserva toda la energía inicial. Bien es verdad que cada vez resulta más cómico ver a gente imaginando fronteras en un mundo que las rompe por doquier, aunque les coloquen concertinas en la raya. Si no nos produjese otros males, podríamos dejarles con su juego, pero los resultados suelen ser tan dañinos, que no hay más remedio que combatir esa comedia que recrea el siglo XIX en pleno siglo XXI.
Cuando el nacionalismo decimonónico forjo la memoria identitaria, tomó una decisión determinante: las hazañas del pueblo se limitaban a narrar las gestas de los vencedores, todos héroes, arrojando al olvido a los menesterosos. Las historias nacionales fueron historias de la clase dominante y de sus ocupaciones políticas. Siempre estuvieron ausentes las gentes comunes y sus ocupaciones cotidianas, incluída la principal de éstas, el trabajo. Por supuesto, fue una historia de hombres, donde no existían las mujeres. Y siempre se narró el éxito, nunca la desgracia. En nombre del progreso y del éxito nacional, cualquier desgracia particular resultó soportable. Hegel lo expresó de forma perfecta. “Es inevitable que el Espíritu del Mundo pise algunas florecillas situadas al borde del camino”. Y la humanidad aprendió a soportar tanto las desgracias, que recibió con naturalidad a los fascismos, adornados con el mismo mensaje.
Walter Benjamin nos enseñó que eso había ocurrido porque habíamos olvidado a las víctimas y nos recomendó rememorar a las víctimas olvidadas. Por cierto, esta es la rememoración que tanto intranquiliza hoy a los verdugos y a sus herederos, no la rememoración identitaria de los nacionalismos. Nos advirtió, no obstante, Benjamin que la rememoración de las víctimas sólo era posible si éramos capaces de mirar por sus ojos. Cuando observo lo que está pasando en Cataluña (y en España), constato que no son los ojos de los inmigrantes africanos o asiáticos ni los ojos de los parados descendientes de los obreros emigrados desde las Castillas o de las Extremaduras o de Andalucía ni los de los obreros catalanes textiles o metalúrgicos que conocimos en la historia, los ojos que están mirando, sino los de los acomodados y poderosos. Por eso, me enoja que ese juego lo jueguen partidos y sindicatos que dicen estar del lado de los oprimidos. Catalanes: podéis imaginaros lo que os espera en la independencia, nada diferente a los que nos ofrecen los nacionalistas españoles, como acaba de decir Juan Marsé.
¡Ah!, por si no os habíais dado cuenta, en 1702 y hasta 1714 había en Cataluña (y en Aragón y en Valencia y en Mallorca, o sea, en toda la Corona) unos catalanes que eran partidarios de los aliados de La Haya y otros que preferían a los borbones, además de muchos, muchísimos a los que les daba igual un bando que el otro, pues su condición de perdedores no se jugaba en aquel juego. Por cierto, está por dilucidar si eso que hoy llamamos España era la misma cosa en 1700; en lo que se refiere a Cataluña no sé si estaba ya dilucidado o lo habrá aclarado el simposio.
Marcelino Flórez
|
|
|
|
La huelga general de este 3 de octubre del 2017 se está dejando notar en toda Catalunya. La jornada incluye también un "paro de país" respaldado por la UGT y CCOO, así como por las entidades soberanistas, en protesta por la actuación policial durante el referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional. Te ofrecemos al minuto las últimas noticias sobre el transcurso de la jornada.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 7 de 7
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|