Millares de personas se congregaron en Buenos Aires, Argentina, para condenar una polémica resolución judicial que pide prisión preventiva para Cristina Fernández de Kirchner y dicta orden de detención contra otros dirigentes de izquierda. Los manifestantes condenan esa decisión como una persecución política contra opositores por parte del Gobierno.
Los que asistieron a la Plaza de Mayo señalan que la manifestación se realizó "en defensa de la democracia", en contra del "odio y la revancha" que han sido plasmados en torno al caso AMIA, la Asociación Mutual Israelita Argentina. "Se han avasallado las garantías constitucionales", aseveró una ciudadana.
Pocas horas antes, Kirchner compareció ante el Senado para enfrentar las acusaciones en su contra, que comprenden un presunto encubrimiento de los terroristas que atentaron contra ese centro judío en 1994, dejando 85 fallecidos.
"Es una causa inventada sobre hechos que nunca existieron", aseveró Kirchner en referencia a la supuesta complicidad del gobierno de ese entonces, y agregó que dicha causa fue "orquestada" por el mandatario Mauricio Macri. El propósito de tal investigación "sin motivo" es "provocar daño personal y político" a la actual oposición, afirmó la expresidenta.