El apoyo de Cuba a la causa puertorriqueña fue resaltado por el revolucionario Oscar López Rivera, durante su visita a los municipios de Guantánamo y Caimanera, donde lo acogieron con igual calor y entusiasmo que en otras provincias que ha honrado con su presencia.
El indoblegable luchador, quien por defender la soberanía de su patria, permaneció encarcelado en Estados Unidos durante más de 35 años (casi la mitad de su vida), depositó, junto a Denny Legrá Azahares, miembro del Comité Central y Primer Secretario del Partido en Guantánamo, una ofrenda floral a Mariana Grajales Cuello, en la Plaza de la Revolución que lleva su nombre.
Acudieron a recibir al independentista en ese complejo escultórico, junto a Legrá Azahares, el también integrante del Comité Central, Rafael Pérez Fernández, primer secretario del Partido en el municipio cabecera, y Nancy Acosta Hernández, Presidenta de la Asamblea provincial del Poder Popular en el territorio cubano más al Este de la capital del país.
Las primeras palabras del boricua fueron para elogiar a Cuba: “sin tener muchos recursos, ha hecho más por el mundo que las grandes potencias, incluida Estados Unidos, que mantiene contra ella un cruel bloqueo económico, comercial y financiero”.
Ese criterio fue recurrente durante todo el recorrido y el encuentro que sostuvo con el Buró del Partido y la Presidencia del Gobierno en la provincia, donde se expusieron los logros socioeconómicos del territorio y su caracterización histórica y cultural.
A López Rivera le fue entregado el sello de la Ciudad, y un Cuadro con la efigie de José Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano (PRC) y Apóstol de nuestra Independencia.
Agradeció que cuando Cuba luchaba por emanciparse de España, abrazó la causa de la nación borinqueña, lo cual se plasma en las bases del PRC, cuyo artículo primero subraya que “se constituye para lograr, con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la Isla de Cuba, y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico”.
En sus palabras subrayó que cuando regrese a su Patria, luego de esta valiosísima experiencia en la Isla de la Libertad, podrá describir a sus conciudadanos lo que es capaz un pueblo, cuando se sabe dueño de sus destinos y está investido de la convicción de no renunciar a sus conquistas.
Posteriormente, en el Poblado Héroe de Caimanera, visitó el museo de la localidad, limítrofe con el territorio ocupado por la ilegítima base naval estadounidense enclavada en suelo cubano, única frontera artificial del territorio nacional y desde la cual se han perpetrado múltiples agresiones contra Cuba.
En la sala habilitada con tercera dimensión en este municipio se proyectó a los visitantes el documental Todo Guantánamo es nuestro, del progresista y revolucionario realizador colombiano Hernando Calvo Ospina, obra calificada como acto de justicia a quienes permanecen inquebrantables a lo largo del perímetro fronterizo.
Mediante el audiovisual, López Rivera conoció los perjuicios ambientales y económicos, y la amenaza a la integridad del país que entraña la presencia de los usurpadores de ese pedazo de tierra cubana.
El documental resume en 37 minutos agresiones y crímenes perpetrados desde la base contra ciudadanos cubanos, entre ellos los del obrero Rubén López Sabariego (torturado y asesinado el 15 de octubre de 1961) y del pescador Rodolfo Rosell Salas, que el 24 de junio de 1962 corrió igual destino, a manos de la soldadesca yanqui.
En torno a la semejanza de lo padecido por los habitantes de Guantánamo y los de la puertorriqueña isla de Vieques, donde el Imperio también implantó una base militar, respondió lo siguiente:
“A pesar de que en 2005 los sacamos de ese hermoso, pero sufrido territorio, no se han erradicado los efectos nefastos de esa larga presencia militar”.
Dijo que estos se agudizan, porque los militares no limpiaron los residuos de los experimentos militares que efectuaban, razón por la cual “permanecen en el perímetro muchas bombas sin explotar y que ellos se negaron a buscar y eliminar”.
Añadió que los habitantes de Vieques padecen, por esa indiferencia, el más alto índice de cáncer en Puerto Rico, y en el 13 por ciento de sus tierras no contaminadas, militares y empresarios norteamericanos construyen grandes mansiones, y van desplazando paulatinamente a los oriundos de la isla.
Al hombre que este martes reclamó a Estados Unidos la devolución a sus legítimos dueños, del territorio ocupado ilegalmente por Estados Unidos en Caimanera, preocupan las condiciones en que la soldadesca de esa nación dejará esa porción de tierra cubana, cuando por la presión internacional se vea obligado a abandonarla.
“Exíjanles que la saneen y dejen libre de amenazas y riesgos a la vida humana, en compensación con el daño causado”, subrayó como colofón Oscar López Rivera, el hombre que venció con coraje y en total aislamiento la tercera parte de su prolongado encierro.
Y que ha sido objeto de incontables gestos de respeto y admiración, por parte del pueblo y de las autoridades y organizaciones políticas y de masas de los territorios visitados, incluido el más oriental del archipiélago cubano.