Esta semana, las calles de varias ciudades del estado de Massachusetts (EE.UU.) se han convertido en pistas de hieloen las que numerosos coches, animales y partes inferiores de edificios quedaron sumergidos bajo el agua congelada del Atlántico.
La región experimentó estos días temperaturas que alcanzaron mínimos de hasta 30º C bajo cero. Esta inclemencia climatológica fue acompañada de fuertes ráfagas de viento y marejadas.