Según la información disponible, los niños perdieron el camino porque el perro de uno de ellos se lanzó a correr por la taiga persiguiendo a una ardilla. No pudieron encender fuego para calentarse porque no llevaban ninguna caja de fósforos ni mechero encima.
Los médicos han diagnosticado a los dos una congelación de primer y segundo grado en las plantas de pies, según informa el periódico local Novy Den. Los facultativos estiman que el calor canino durante la noche helada les salvó la vida a ambos, ya que tuvieron que soportar temperaturas comprendidas entre los 6 y 8 grados bajo cero.
(Con información de actualidad.rt.com)