De acuerdo con Sivkov, doctor en Ciencias Militares, Rusia no debe seguir los pasos de la URSS y competir cuantitativamente con Estados Unidos en la carrera nuclear, si desea evitar una agresión por parte de Occidente. Sivkov señaló que Moscú posee la tecnología para crear municiones nucleares con un calibre de más de cien megatones de TNT y, por lo tanto, debe desarrollar una respuesta contraria de aspecto tecnológico.
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Sivkov consideró que la creación de unas 40 o 50 ojivas de este tipo para los misiles balísticos intercontinentales pesados o para los torpedos ultralargos aseguraría que al menos algunas unidades de tales armas llegaran a zonas de condiciones geofísicas críticamente peligrosas en Estados Unidos, como el supervolcán de Yellowstone o la falla de San Andrés
"Tales ataques destruirían de manera garantizada a Estados Unidos como Estado y a toda la élite transnacional. Esto nuevamente hace que una guerra nuclear a gran escala sea irracional y reduce a cero las posibilidades de que ocurra", afirmó Sivkov en un artículo para VPK.
Según el experto, tales armas obligarían a los países occidentales a sentarse a negociar y abandonar las medidas restrictivas contra Rusia y la presión sobre el país.
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Mientras tanto, el presidente de Rusia Vladímir Putin reiteró en varias ocasiones que la doctrina nuclear de Rusia no estipula lanzar un ataque preventivo. Rusia usaría el arma nuclear solo en un ataque de respuesta.
El 20 de octubre, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció el abandono del Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (Tratado INF) con Rusia, al explicar que su país necesita desarrollar las armas prohibidas por el documento y acusó a Moscú de haber violado el tratado. Moscú, a su vez, rechazó las acusaciones y expresó su apego al Tratado.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que cualquier acción en esta área obtendrá una respuesta equivalente.
El Tratado INF, firmado entre Washington y Moscú en 1987, no tiene fecha de caducidad y prohíbe a las partes disponer de misiles balísticos terrestres o misiles de crucero con un radio de acción entre los 500 y los 5.500 kilómetros.