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General: Brasil: causas y consecuencias de un domingo electoral
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 24/10/2018 12:09
Miles de mujeres han marchado en Brasil contra el candidato ultraconservador Jair Bolsonaro. Foto: AFP

Pudiera parecer que en Brasil enloquecieron el pasado 7 de octubre, tanto como si se levantaran odiando al fútbol o desterrando de aquella hermosa geografía a sus famosos carnavales. Ese domingo de elecciones, en primera vuelta, el 43,6 % de los votos fueron a parar a un hombre que parece no pertenecer a la especie humana.
No se trata de compartir o no una ideología. Si Jair Bolsonaro, Juan, Pedro o José, no se esconden para decir que «el error de la dictadura fue torturar y no matar»; que a una diputada le haya espetado «no te violo porque no lo mereces»; insulte a las víctimas chilenas o a la mismísima humanidad con la frase de «Pinochet debió matar más gente»; y en una muestra de salvajismo voraz afirme que «sería incapaz de amar a un hijo homosexual. Prefiero que muera en un accidente» o «si veo a dos hombres dándose un beso, les voy a pegar»; nadie los querría ni para limpiar el piso, pues lo dejarían grotescamente sucio.
A Bolsonaro (Partido Social Liberal) se le ve como al casi seguro próximo presidente del gigante sudamericano, lo cual trascendería en la segunda ronda electoral, el venidero 28 de octubre, en un ambiente en el cual no hay tal locura, o al menos si la hubiera, parece resultante de un estrés social y político que ha minado la democracia de esa gran nación.
Pablo Gentili, argentino él, pero radicado en Brasil, y secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, ha dicho al respecto: «Bolsonaro no es la causa de una democracia que agoniza, sino su consecuencia. Cuando se siembran la desconfianza, el miedo, el odio y el desprecio hacia la institucionalidad democrática, por más fragilidades y defectos que ella posea, lo que se construyen son las bases éticas y políticas de regímenes totalitarios y despóticos».
El candidato presidencial, exmilitar de poca monta y de poca gradación, se dio a conocer fuera y dentro de su propio país por algo que lo mostró en toda su calaña fascista. Bolsonaro se hizo notar públicamente  al votar por la destitución de Dilma Rousseff y dedicar su voto a la memoria de Carlos Alberto Brilhante Ustra, a quien Gentili recuerda en un texto publicado en el diario El País, como el torturador de la propia Dilma cuando ella tenía solo 19 años.
Un gran brasileño, el teólogo Frei Betto, fue traído a nuestras páginas por el colega Elson Concepción, en su artículo Un cóndor neoliberal sobre América Latina. Él le preguntó: ¿Qué ha pasado en Brasil? Y la respuesta contacta con Gentili: «No haber trabajado mejor la formación política del pueblo, fortalecer sus movimientos y promover la democratización de los medios de comunicación. Hemos creado una nación de consumistas y no de protagonistas políticos», le contestó.
Estos puntos de vista han tenido resonancia en lo ocurrido el pasado día 7 de octubre. El último fin de semana de septiembre, Brasil estaba preñado de actos en contra del exmilitar, tanto que se preveía que las encuestas presagiarían lo que se vivía en la calle, es decir, el fracaso de esa candidatura. Pero ocurrió todo lo contrario.
El lunes 1ro. de octubre, los sondeos dieron un alza de la intención de voto a Bolsonaro, que lo puso en el 31 %, al siguiente día dio otro pasito hasta el 32, pero el jueves andaba por 35 y el sábado 6, un día antes del sufragio, trepó hasta el 40, según el instituto Datafolha. El que solo había encontrado eco en la prensa por sus rechazos continuos al derecho de la condición humana; el que ha dicho que «las mujeres no deben cobrar lo mismo que los hombres»; que si tiene una hija es por «un momento de debilidad», y que «un policía que no mata no es policía», porque «la violencia solo se soluciona con más violencia», ¿se hizo popular?
¿Cómo este hombre, que para rematar lleva de vicepresidente a otro exmilitar, Hamilton Mourao, que sin tapujos ha soltado que «los héroes matan», «que la constitución se puede reformar sin consultar al pueblo» y «que un Gobierno puede dar un autogolpe de Estado y poner al ejército al frente de la seguridad nacional», se ha convertido en un referente?
La otra cara
Serán las elecciones de WhatsApp, decía desde la ciudad brasileña de Recife la periodista Joana de Oliveira, en un amplio reportaje publicado en El País, y sostenía su tesis en indicadores que aporta Datafolha. «En una nación con 147 millones de votantes, 120 millones de personas utilizan a diario la aplicación de mensajería móvil y el 90 % lo hace más de 30 veces al día. El 66 % de los electores consume y comparte noticias y videos sobre política a través de la red social más popular del país». La conclusión es inapelable: la popular app se vislumbraba territorio fecundo para el debate político y el flujo de información y también para las campañas de desinformación.
Oliveira apunta que entre quienes se inclinan por el exmilitar, la utilización de la aplicación es mayor que entre el resto de votantes: el 81 % de sus incondicionales la usan, según Datafolha, frente al 59 % de los electores de Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores). «Bolsonaro, que cuenta con el apoyo de muchos ciudadanos de clase media y alta –entre los que, lógicamente, el acceso a teléfonos conectados es mayor–, ha movido su propaganda en las redes sociales desde el principio de la contienda electoral. El comité de campaña de su principal rival tardó en percibir ese poder y solo anunció un canal para denunciar noticias falsas, cuatro días antes de la primera vuelta», revela la colega. 
La periodista de Recife pone el dedo en la llaga: «Las noticias falsas se esparcen en WhatsApp como fuego en paja seca». Un grupo de apoyo a Bolsonaro afirmó que las urnas electrónicas habrían sido manipuladas, aun cuando en 22 años de ese sistema nunca ha ocurrido, según el Tribunal Superior Electoral (tse), en tanto otra de esas falacias involucró a Manuela D’Ávila (Partido Comunista de Brasil), candidata a vicepresidenta con Haddad. Se dijo que recibió una llamada de Adelio Bispo de Oliveira, el hombre que acuchilló a Bolsonaro, el mismo día que lo atacaron.
Hay varias experiencias de cómo las redes inciden en los resultados de unas elecciones. El Grupo Messina, desde Facebook y con una de sus líderes, Isabelle Wright, en el lugar, hizo el milagro para el Partido Popular, en España, en junio del 2016; es también muy conocida la campaña en la misma plataforma que llevó a la presidencia a Barack Obama.
En este ámbito, en el de las redes sociales, por donde pasa hoy uno de los ejes centrales del planeta, también hubo resquicios y por ahí se coló la propuesta antisistema de Bolsonaro. La doctora Rosa Miriam Elizalde teje una línea de contacto con Oliveira, pero también con Gentili y Betto, en su artículo La pecera ciberpespacial: «Por ignorancia, por prejuicios, porque hemos llegado con retraso a las nuevas tecnologías y sus proveedores nos excluyen, y porque muchos utilizamos la computadora solo como una máquina de escribir moderna, es muy común en el ámbito de la izquierda latinoamericana la subestimación del cambio que supone la internet como instrumento principal de la llamada nueva economía y de la comunicación y las relaciones entre los seres humanos».
Brasil no enloqueció, como tampoco lo ha hecho América Latina; lo que quiere la derecha es justamente eso, enajenar el pensamiento progresista, hacerlo culpable de los males que las propias oligarquías generan. Los pueblos de América han de andar con la pupila insomne de nuestro Rubén Martínez Villena para estar alertas y siempre dormir como él dijera, con el párpado abierto. De esa misma pupila, hoy trinchera de otro colega cubano, Iroel Sánchez, tomamos el último párrafo de su artículo Brasil: Cuando la esperanza no basta, para darnos cuenta de quiénes están detrás de la propuesta del capitán:
«O Globo –el oligopolio mediático que viene de la época de los militares– y Récord, la segunda empresa televisiva de Brasil controlada por la Iglesia Universal del Reino de Dios que ha convertido a Bolsonaro en “Mesías”, son la fábrica de sentido común que ha acuñado a todos los petistas como corruptos y culpables de tolerancia con los delincuentes y la violencia. Entre ambas parecieran no dejar espacio para otra cosa que no sea rezar, pero tal vez haya una segunda oportunidad para los condenados a Cien años de soledad si se logra movilizar (...) a buena parte del 20 % de los brasileños que no votó, junto a aquellos que sufragaron por alguna de las opciones diferentes a la del que ya muchos llaman el Trump latino, y ojalá sea por su discurso extremista y no por su capacidad para imponerlo contra todo pronóstico».



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 28/10/2018 11:40

Última encuesta antes de las presidenciales en Brasil: Sigue cayendo el apoyo a Bolsonaro

Publicado: 28 oct 2018 00:07 GMT | Última actualización: 28 oct 2018 01:23 GMT

Según la encuestadora brasileña Datafolha, Bolsonaro cuenta con un respaldo del 55% y Haddad del 45%.

La última encuesta antes de los comicios presidenciales que se celebrarán este 28 de octubre en Brasil, difundida por Datafolha, ha otorgado un 55% de intención de voto al candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, mientras que su rival, el candidato izquierdista Fernando Haddad, contaría con el 45% de apoyo popular. 

Se indica que el margen de error del sondeo es más o menos de dos puntos porcentuales.

De este modo, el apoyo a Bolsonaro ha caído otro 1% desde el anterior sondeo. A pesar de ello, en un ambiente electoral altamente polarizado, Bolsonaro llega a la segunda vuelta como claro favorito.


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 28/10/2018 16:21

EN VIVO | Brasil elige presidente con el ultraderechista Bolsonaro como favorito

La última encuesta de Datafolha muestra a Jair Bolsonaro con el 56% de las intenciones de voto, contra el 44% de Fernando Haddad

Brasil

Elecciones en Brasil 2018: Jair Bolsonaro y Fernando Haddad disputan la segunda vuelta presidencial. (AP).

Río de Janeiro / Sao Paulo. Los brasileños eligen este domingo al presidente que durante los próximos cuatro años gobernará la mayor economía latinoamericana, con el ultraderechista Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar, como favorito frente al izquierdista Fernando Haddad.

SIGUE ACÁ LA TRANSMISIÓN EN VIVO

Jair Bolsonaro, un ex capitán del Ejército, de 63 años, logró capitalizar la decepción y la rabia de una población golpeada por años de recesión y estancamiento y hastiada de los escándalos de corrupción.

Fernando Haddad, profesor y ex alcalde de Sao Paulo, de 55 años, fue designado candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en sustitución de su líder histórico, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), que purga desde abril una pena de 12 años de cárcel por corrupción y lavado de activos.

En la primera vuelta, Bolsonaro obtuvo 46% de los votos, frente a 29% para Haddad y los últimos sondeos le dan de ocho a diez puntos de ventaja.

Aun así, Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), pidió el sábado a sus partidarios que eviten bajar la guardia, porque "las elecciones no están ganadas.

Jair Bolsonaro

Jair Bolsonaro tras emitir su voto en Río de Janeiro. (Foto y video: AFP).

Haddad acortó distancias en la última semana, después que Bolsonaro amenazara a sus adversarios de izquierda: "O se marchan o van a la cárcel. Esos marginales rojos serán desterrados de nuestra patria", proclamó.

En el local donde Bolsonaro votó, en el oeste de Río, los soldados cachearon a los electores y revisaron las inmediaciones con espejos y detectores de metales, mientras sus simpatizantes lo esperaban con banderas de Brasil anudadas en la espalda.

El candidato estuvo a punto de morir el 6 de setiembre pasado, cuando un ex militante de izquierda le asestó una puñalada en el abdomen.

Brasil elige presidente en segunda vuelta entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad

(AFP)

Bolsonaro "va a barrer a los corruptos, va a echar a esos crápulas, a esos comunistas", proclamó uno de sus simpatizantes, Alvaro Cardoso, un trabajador independiente, de 55 años.

El candidato entró por una puerta lateral, junto a su esposa, y se retiró sin formular declaraciones, saludando a sus simpatizantes con los pulgares hacia arriba y la "V" de la victoria.

Haddad votó, también por la mañana, en el barrio de Moema, de Sao Paulo, donde lo aguardaban militantes del PT con rosas blancas y rojas, al grito de "Brasil, urgente, Haddad presidente", que disputaban el espacio sonoro con los cacerolazos de protesta de un edificio cercano.

"Tengo mucha esperanza en el resultado", declaró Haddad a periodistas. "La nación está en peligro, la democracia está en peligro, las libertades individuales están en peligro", pero "Brasil despertó en los últimos días", acotó, antes de retirarse haciendo tambièn la "V" de la victoria.

Elecciones en Brasil | Fernando Haddad, el "heredero" de Lula que busca la presidencia de Brasil | PERFIL

Fernando Haddad, el "heredero" de Lula que busca la presidencia de Brasil. (AFP)

En el mismo colegio electoral, Renata Arruda, una trabajadora de telemarketing de 41 años, rompe a llorar al reconocer que su candidato lo tiene muy difícil. "Mi padre y mi madre vivieron la dictadura y tengo mucho miedo de que eso vuelva", afirma.

Bolsonaro es un ferviente defensor de la dictadura (1964-85) y admirador declarado de uno de los principales torturadores de aquel régimen

En Brasilia, Teresinha Kanzler Barbosa, una abogada jubilada, tiene claro que votará por Bolsonaro. "Tiene que haber un cambio en este país. Basta de siempre lo mismo. Bolsonaro es la opción de cambio y si Dios quiere será un buen presidente", afirmó.

- Rabia -

Haddad contó con el apoyo de millones de brasileños que se beneficiaron de las políticas de inclusión social de Lula.

Pero esa identificación disparó también su índice de rechazo, ya que para otros millones de personas Lula y el PT son sinónimos de manejes financieros turbios para mantenerse en el poder.

Un rechazo solo comparable... al del propio Bolsonaro, que en sus 27 años como diputado se distinguió por sus declaraciones misóginas, racistas y homófobas.

Brasil

Más de 140 millones de brasileños están llamados a votar. (Foto: reuters / video: AFP).

Su convalecencia lo privó de actos públicos, aunque mantuvo una activa presencia en las redes sociales, su arma favorita.

Bolsonaro ganó popularidad con las promesas de liberalizar el porte de armas para combatir una inseguridad galopante y de librar una guerra sin cuartel contra la corrupción.

A inicios de mes, un sondeo de Datafolha mostró que 88% de los brasileños se sienten "inseguros", 79% "tristes por la situación del país", 78% "desanimados", 68% con "rabia" y 62% con "miedo del futuro".

En caso de victoria de Bolsonaro, su gurú económico, Paulo Guedes, tratará de lanzar un programa de privatizaciones para reducir la deuda y reactivar la economía, que viene de dos años de recesión y dos más de débil crecimiento.

El próximo presidente de Brasil deberá tratar con un Congreso con partidos debilitados por los escándalos y dominado por los lobbies conservadores del agronegocio, las iglesias evangélicas y los defensores del porte de armas.

Las oficinas de voto cerrarán a las 22:00 GMT y los resultados se conocerán rápidamente, debido a que el voto es totalmente electrónico, en este país con 147,3 millones de empadronado



 
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