El verdadero culpable
El presidente de EEUU, Donald Trump, no para de reprochar a China que manipule la tasa de cambio del yuanpara nivelar los efectos negativos de los aranceles sobre los exportadores. No obstante, la caída de la divisa china, al igual que las de otros países en desarrollo, en gran parte se debe a las acciones de Estados Unidos.
Mientras tanto, otros países deberían elevar simétricamente sus tasas de interés para evitar una corrección de la tasa de cambio. Pero esto no siempre es posible. El gigante asiático no puede elevar las tasas de interés, puesto que en las condiciones de una guerra comercial con EEUU, la economía puede desacelerarse y el endurecimiento de la política monetaria puede estrangular la actividad comercial y el crecimiento.
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Los reproches de las autoridades estadounidenses contra varios países sobre la subvaloración de las monedas también parecen extraños, porque la devaluación de las monedas no es rentable para la mayoría de los países en desarrollo. China, por ejemplo, sigue siendo el mayor importador de recursos energéticos. Sus precios están denominados en dólares. Por lo tanto, la caída del yuan hace que la energía para China sea más cara. Lo cual es completamente inapropiado bajo las condiciones de un crecimiento económico que ya se está desacelerando.
China, por supuesto, está tratando de evitar el dólar en los pagos internacionales. El país ha lanzado sus propios futuros de petróleo denominados en yuanes. Sin embargo, aún no está claro si el volumen de transacciones en estos futuros será suficiente para que se conviertan en una alternativa válida al Brent WTI existente. Sin embargo, las autoridades chinas están intentando despertar el interés de los inversores al liberarlos del impuesto sobre la renta si optan por los futuros del petróleo denominados en yuanes.
Rusia también apoya el deseo chino de deshacerse del dólar. En 2014, se concluyó un acuerdo sobre swaps de divisas rublo-yuan por un valor de 150.000 millones de yuanes —21.700 millones de dólares—, que posteriormente fue prolongado. De esta manera, ambos países obtuvieron acceso a la liquidez en la moneda de otro país y evitaron la necesidad de adquirirla en los mercados de divisas. Sin embargo, este esquema funciona solo entre los países con un comercio sustancial y, lo que es más importante, equilibrado."De lo contrario, una de las partes tendría un exceso de moneda nacional de otro país. Los opositores a la desdolarización consideran que este problema es el principal argumento. Y si una de las partes le impone a la otra una determinada moneda, entonces asume todos los riesgos asociados con la volatilidad del tipo de cambio, lo que aumenta los costos de transacción. Por lo tanto, no será posible deshacerse rápidamente del dólar en las transacciones, aunque a largo plazo hace falta realizar una transición gradual", señaló Zhang Ning.
"Es un largo proceso de transición que requiere el fortalecimiento y la creciente influencia de las monedas alternativas en los mercados emergentes, es decir, el fortaleciendo sus economías. No es un proceso rápido".
Sin embargo, ya hay ciertos avances en el camino hacia la desdolarización. Con la inclusión del yuan en la canasta de DEG —derechos especiales de giro—, la participación de la divisa china en las reservas de diferentes países está aumentando gradualmente.
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