La oficina será la primera institución pública en la Unión Europea que fomentará legítimamente los intereses de Crimea, según subrayó el político, citado por el medio ruso Izvestia.
Nazárov destacó la importancia de la iniciativa con respecto a las tensiones actuales que existen entre Rusia y varios países europeos.
Sin embargo, el hecho de que algunos políticos de la UE se manifestaran a favor del proyecto muestra que las opiniones sobre el estatus de la península van modificándose gradualmente.
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El diputado belga Filip Dewinter —que forma parte del grupo de trabajo— constató que la futura oficina deberá dedicarse no solamente a cuestiones de colaboración económica, sino también a asuntos culturales y humanitarios.
"Crimea tiene un gran potencial económico. Ahora unas 3.000 organizaciones con capital extranjero operan en el territorio de la península. Queremos que la oficina, entre otras cosas, ayude a los empresarios europeos a realizar proyectos en Crimea. Además, deseamos que la oficina participe en los proyectos culturales y organice presentaciones para cambiar la actitud negativa hacia el territorio", aseveró.
El político también se mostró convencido de que la iniciativa pueda hacer frente al régimen de sanciones.
El mencionado registro es una base general de grupos de presión que operan dentro de la UE. Se prevé que la inclusión en la lista ampliará las oportunidades de la oficina. En particular, esta tendrá la oportunidad de celebrar reuniones con altos funcionarios europeos y acceder a distintos datos estadísticos.
"Las relaciones con Crimea pronto llegarán a ser un tema serio, puesto que las sanciones no pueden durar para siempre", agregó Dörfler.
Otro diputado del Parlamento Europeo, el checo Jaromír Kohlicek, indicó que es muy importante que la gente en Europa sepa más sobre la vida en Crimea.
Kuzins recordó que los contactos entre las ciudades hermanas se vieron obstaculizados tras la reincorporación de Crimea a Rusia en 2014. Sin embargo, varias autoridades municipales de Europa muestran su disposición a recuperar las relaciones con Yalta, Simferópol y otras ciudades de la península.
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Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.