El Ministerio de Exteriores ruso considera que lo ocurrido forma parte de una estrategia encaminada a expulsar a los serbios que habitan en la zona.
La Cancillería rusa expresó además su asombro ante el hecho de que las fuerzas internacionales que actúan en Kosovo con el mandato de la ONU no hayan tratado de solucionar la situación.
Poco antes el Gobierno de Pristina tomo la decisión de subir en un 100 por ciento los impuestos a todas las mercancías serbias, tras lo cual los serbios convocaron una protesta pacífica para este sábado.
"Resulta evidente que Pristina sigue un rumbo encaminado a provocar conflictos étnicos y a desatar en los Balcanes guerras comerciales", advirtió el Ministerio ruso, agregando que los nuevos impuestos afectarán, ante todo, a los miembros de la comunidad serbia.
En varias ciudades de Kosovo se celebraron protestas pacíficas contra los aranceles de Pristina.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, declaró que Belgrado no responderá con contramedidas similares, pero recurrirá a la UE y las organizaciones internacionales.
A su vez, la UE instó a Kosovo a anular los aranceles a productos serbios y bosnios, al subrayar que son una violación clara de los compromisos de Kosovo asumidos en el marco de CEFTA, que socava la cooperación regional.
Sin embargo, bajo la presión de Bruselas, Belgrado se vio obligado a iniciar negociaciones con la mediación de la UE para normalizar las relaciones con Pristina.
Por el momento, la independencia de Kosovo ha sido reconocida por EEUU, Canadá y la mayoría de los miembros de la UE, pero no goza del reconocimiento de Rusia, China, España e Israel, entre otros países.