Desde el 2 de febrero, Estados Unidos suspenderá sus obligaciones en el marco del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés) y comenzará el proceso de retirada de este acuerdo, que se completará en seis meses "a menos que Rusia vuelva a cumplir con sus normas y destruya todos los misiles, lanzadores y equipos asociados que lo están violando".
La política del inquilino de la Casa Blanca "consiste en rechazar todos los acuerdos anteriores" para "crear un nuevo mundo, el mundo de Trump, en el que todos obedecerán las reglas" de Washington, opina el politólogo Ígor Shatrov, para quien la actual Administración de EE.UU. no se diferencia de las anteriores en cuanto a su política internacional, pero su líder quiere firmar todos los tratados.
Así, el presidente de EE.UU. buscaría renegociar el INF basándose en la "doctrina Trump" de "un duro empresario". De hecho, Shatrov destaca que "los estadounidenses siempre han actuado desde una posición de fuerza, al principio ofreciendo ciertas ventajas y preferencias a los socios con los que tenían acuerdos, pero en este caso es amenaza y chantaje".
Este analista sostiene que Trump sintió una especie de "euforia" al creer que puede "solucionar todos los problemas mundiales que se han acumulado antes de su presidencia, como la amenaza nuclear de Corea del Norte, que todavía no se ha solucionado".
"Es muy difícil dictarnos condiciones"
Sin embargo, la situación con Rusia es "totalmente diferente", debido a que Moscú y Washington "casi no tienen relaciones económicas", con lo cual "es muy difícil dictarnos condiciones en este ámbito". "Lo único que une" a ambos países en el escenario mundial es "la responsabilidad por la seguridad internacional" y Trump "quiere demostrar que la única nación responsable" en ese ámbito "es EE.UU.".
Ígor Shatrov también estima que el actual Tratado INF ha quedado obsoleto, con lo cual sería necesario revisarlo "porque han surgido nuevas armas y países que tienen misiles de medio y corto alcance, que antes solo estaban en manos de EE.UU. y la Unión Soviética, después Rusia". En cualquier caso, eso "no quiere decir que se pueda romper de forma unilateral" un pacto que "garantizaba de alguna forma el orden mundial".
El vacío que deja la salida de Washington de ese acuerdo "lleva al mundo a una situación en la que nadie controla la posesión de los misiles de medio y corto alcance" y Rusia y EE.UU. son "las dos potencias con mayor cantidad" de proyectiles de ese tipo y "las primeras que deberían llegar a un acuerdo, para luego incluir a las de