"EEUU tiene que entender que no estamos negociando Citgo, que no está a la venta, y que mucho menos permitiremos que se la roben", dijo a esta agencia Julio Gavilán, trabajador de la estatal.
Al finalizar la Urdaneta, entre el Palacio de Miraflores (sede de Gobierno) y el Palacio Blanco (oficinas adjuntas), se instaló una tarima a primera hora del jueves 31.
En ese lugar se dirigió a los trabajadores la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, quien les pidió mantenerse alertas ante posibles "infiltrados" que busquen boicotear la producción de crudo.
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"Si hay al menos un infiltrado, de esas cúpulas traidoras y corruptas, al menos uno, sepamos dónde está para que no impida, no boicotee la producción nacional", afirmó.
De acuerdo con los informes publicados cada mes por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la producción de Venezuela cayó cerca de 1.300.000 barriles entre 2013 y 2018 y, de acuerdo al último informe, en diciembre fue de 1.137.000 barriles diarios.
El mandatario venezolano se ha propuesto aumentar al menos un millón de barriles diarios la producción para 2019, la misma meta que se fijó en 2018.
La prensa internacional fue convocada a esta actividad en la que se preveía la participación de Maduro, pero este nunca apareció.
La movilización, en la que participaron trabajadores y demás seguidores del jefe de Estado, se realizó en medio de una nueva tensión en Venezuela, tras conocerse sanciones por parte de EEUU, que afectan a la estatal petrolera.
Esta medida la tomó Washington luego de desconocer el nuevo mandato de Maduro para el período 2019-2025, y reconocer en su lugar al líder de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora), Juan Guiadó, luego de que este se autoproclamó como "presidente encargado" del país en una plaza de Caracas.
Acción que Rodríguez denunció como un acto "muy peligroso" para Venezuela y una violación a la Constitución.
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Además, acusó a Guaidó de estar subordinado a los designios del Gobierno de EEUU