La Fuerza Aérea venezolana ha publicado el vídeo del lanzamiento de un proyectil Kh-31 desde un caza Su-30MK2V, ambos de fabricación rusa, como parte de los ejercicios militares Angostura 200.
En el vídeo se muestran los preparativos de los militares venezolanos antes del despegue de las aeronaves, así como su vuelo hacia el área de lanzamiento de los misiles durante las maniobras navales de los ejercicios.
Según prometió el presidente venezolano, Nicolás Maduro, Angostura 200 serán "los ejercicios de mayor importancia", dado que van a demostrar toda la fuerza militar del país. Se producen en medio de una crisis política propiciada tras la autoproclamación como presidente 'encargado' de Venezuela del líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.
Un cazabombardero ruso Su-34 destruyó un buque del enemigo virtual con un misil supersónico Kh-31A.
El ataque ha sido parte de una maniobra conjunta de las unidades terrestres, aéreas y navales del Distrito Militar Sur.
En total, más de una decena de buques de la Flotilla del Caspio, así como alrededor de 40 aeronaves, tomaron parte en el ejercicio. Además de los aviones militares, en el simulacro también participaron las escuadrillas de helicópteros Mi-8AMTSh, Ka-52 Alligator, Mi-28N y Mi-35.
Los proyectiles Kh-31 —AS-17 Krypton, según la codificación de la OTAN— pueden resistir una sobrecarga de 10 g, mientras que su velocidad máxima supera cuatro veces la velocidad del sonido. Estos misiles tácticos no solo son capaces de atacar buques de hasta ocho toneladas, sino también las estaciones de radar del enemigo. Gracias a su velocidad e invisibilidad, los Kh-31 fueron bautizados como 'la muerte supersónica'.
Venezuela sigue estando en el centro de atención de los países a los que no les conviene la existencia de un Estado verdaderamente soberano en su 'patio trasero'. A Caracas le suelen amenazar hasta con una intervención militar solo porque el Gobierno del país se niega a actuar en función de los intereses extranjeros.
En esta lucha por su independencia, Venezuela se ha convertido en la víctima de una dura guerra económica. Mientras el Gobierno trata de minimizar los daños, los enemigos del país tratan de apretar aún más la soga e introducen cada vez más sanciones.
Al ver que las medidas indirectas no consiguen los resultados deseados, algunos políticos pierden los nervios y optan por amenazas directas. El Gobierno venezolano, por su parte, percibe bien el riesgo que corre, por eso baraja diferentes opciones para protegerse de una posible invasión.
En el pasado ya sonaron voces a favor del despliegue de una base militar extranjera en suelo venezolano como una medida disuasiva. En particular, se discutía la posibilidad de emplazar un contingente militar ruso.
El embajador venezolano en Rusia, Carlos Rafael Faría Tortosa, en una reciente entrevista a Sputnik declaró que la cuestión del despliegue de una base rusa en Venezuela "hasta ahora no se ha planteado".
Pero ¿podría teóricamente tal paso hacerle pensar dos veces a cualquier invasor antes de pisar el terreno del país? Sputnik conversó con un experto venezolano y un experto ruso para conocer sus opiniones en cuanto a si esta propuesta es factible o no.
Tiempos turbulentos
"En el siglo XXI, cuando predomina la multipolaridad, cualquier acción disuasiva que frene los esfuerzos unilaterales por parte del Gobierno de Estados Unidos y promueva el respeto a la autodeterminación y la soberanía de las naciones puede ser bienvenido o incluso bien visto", dijo a Sputnik el politólogo venezolano Walter Ortiz.
Caracas ha rechazado en reiteradas ocasiones la posibilidad de algún tipo de acción bélica en contra de Venezuela por las consecuencias que esta puede tener para el país y para sus vecinos.
"Cualquier acción constructiva que garantice la soberanía, la paz y la integridad de la República Bolivariana de Venezuela podría estar sobre la mesa", declaró Ortiz, si bien no precisó cuál sería la medida más adecuada para afrontar una posible invasión.
No es ningún secreto que Venezuela tiene una estrecha relación con la Federación de Rusia, incluso en el ámbito militar. En este sentido, sería lógico que la posibilidad de emplazar una base militar rusa en Venezuela esté sobre la mesa del Gobierno del país, continuó.
Los dos países profundizan la cooperación a medida que otros actores pretenden generar un clima de desestabilización regional.
Los esfuerzos que Rusia está haciendo en estos momentos son evidentes. Actualmente, la cooperación entre Moscú y Caracas puede ser descrita como una relación ganar-ganar: es decir, ambos pueblos y Gobiernos fortalecen posiciones, subrayó el entrevistado.
Desde otro ángulo
Existe un gran número de otras acciones preventivas que Venezuela pudiera tomar para impedir la agresión. A juicio de Ortiz, Caracas podría recurrir a medidas económicas, como, por ejemplo, abrirse a nuevos actores, que no necesariamente son los que actualmente mantienen una posición agresiva respecto a Venezuela.
Una opción sería reducir la beligerancia entre Venezuela y algunos de los países de Europa y Estados Unidos, pero por ahora esto no parece ser una opción real, de acuerdo con el entrevistado.
"De todos modos la tarea es mantener el orden interno y preservar la integridad del Estado-nación venezolano", declaró.
Entretanto, sería para el bien de todos que los vecinos de Venezuela percibieran el incremento de las relaciones con Rusia como una manera de fomentar el desarrollo de todos los pueblos latinoamericanos.
"El tiempo actual impone que debemos actualizarnos a los nuevos procesos. Tener relaciones más estrechas con Rusia favorece el desarrollo no solo de Venezuela, sino también del resto de los pueblos de América Latina", detalló.