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General: Bandera de VenezuelaEl gobierno en la sombra y la parálisis estratégica
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 11/03/2019 18:32

"Estas bandas criminales, van a Colombia, se resguardan, se reorganizan y luego vuelven a atacar Venezuela", afirma.

Otra de las amenazas es que dichas estructuras delictivas también terminan permeando el Estado venezolano y en especial el sistema de justicia.

"El paramilitarismo crea una paraeconomía y un paraestado y se termina constituyendo en conjunto con el aparato de inteligencia de EEUU y la élite colombiana, en un gobierno en la sombra. Este es el centro o el comando de operaciones a la hora de una agresión contra Venezuela. Tienen sus propios mecanismos logísticos, militares y mediáticos" concluye.

Aprovecho una pausa, para preguntar algo que comienza a debatirse en todo el país.

—¿Debe permanecer cerrada la frontera?

—El cierre de la frontera ha dado un certero golpe a las mafias del contrabando de combustible, pero siendo objetivo, debemos decir que aunque esté cerrado el puente hay un submundo debajo de él, en las llamadas trochas (caminos verdes). Allí operan los grupos paramilitares. El cierre de la frontera es un asunto de seguridad de Estado. El contrabando de gasolina que se legaliza en Cúcuta es el pulmón económico del norte de Santander, es una economía que se alimenta de los venezolanos. Ahora bien, debemos entender que en los pueblos fronterizos como San Antonio, La Fría o Ureña hay una economía de péndulo, hay personas que estudian en Colombia y que trabajan al otro lado de la frontera. Nosotros como Estado venezolano debemos generar una política de alimentación, económica y de salud, para la población fronteriza.

Operaciones negras y parálisis estratégica: lo próximo en la agenda

Hacemos revisión de mapas y elaboramos escenarios en una pequeña libreta. Belisario considera que el próximo conflicto será de mayor escala y tendrá lugar "cuando los grupos mercenarios estén listos para eso". No obstante, se adelanta a lo que viviríamos con algunas pocas horas de diferencia.

"Debemos entender que estos grupos no solo van a operar en Táchira, hay un mecanismo de infiltración donde va a haber ataques selectivos a dirigentes políticos de la Revolución, ataques a objetivos vitales de la vida del Estado y cuando te digo vitales me refiero a desde un pozo petrolero hasta una estación eléctrica".

Desde su óptica, la guerra que está planificando ese 'gobierno en la sombra' conformado por grupos paramilitares, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y la élite de Colombia, no será abierta sino que tendrá características asimétricas. Las razones son matemáticas. El ejército mercenario sigue siendo menor en número a la fuerza pública venezolana, y tal como se ha acordado, Estados Unidos solo participará a través de Fuerzas de Operaciones Especiales con objetivos de rango bien definido, para no comprometer su imagen ante la opinión pública internacional. "Desde Vietnam, saben que cuando una bota norteamericana pisa suelo extranjero se levantan los nacionalismos y se genera rechazo automático en los pueblos", apunta.

—¿Es decir que debemos prepararnos para una oleada terrorista?

— Así es, debemos prepararnos para la paramilitarización de la política.

La frase retumba en mis oídos y le recuerdo pasajes de un artículo que escribiórecientemente titulado 'Las nuevas guerras: una aproximación a la situación venezolana'. Allí se abordan algunas nociones que resultan esclarecedoras para analizar en profundidad lo que ocurre en el país suramericano.

—En dicho trabajo académico considerabas que con Venezuela se aplican las llamadas "operaciones basadas en efectos", ¿qué significa esto?

— Los conflictos del siglo XXI se desarrollan con diversas estrategias militares y no militares. La guerra ha pasado de su plano sangriento, violento y traumático al plano conductual, la primera batalla que se libra es por el control de las mentes y los corazones. El objetivo principal de una guerra es cambiar el comportamiento del enemigo y la forma de hacerlo no es la destrucción o afectación física del objetivo, sino el efecto que se desprende de la acción sobre este…

—El ejército estadounidense parece estar virando su modo de hacer la guerra hacia un enfoque que podríamos considerar más cercano a Sun Tzu, por eso de ganar la guerra sin pelearla…

—Precisamente hacia allá apunta todo. El teniente general David Deptula es uno de los precursores de este nuevo concepto. Con mayor fuerza hace hincapié en ejercer operaciones en paralelo sobre el enemigo pues este permitiría un ataque simultáneo a los sistemas de defensa, específicamente en los centros de poder del enemigo provocando una parálisis estratégica. Estas operaciones tienen dos objetivos fundamentales de acuerdo con la teoría, según el efecto deseado se dividen en físico y conductual, el efecto físico es destruir, neutralizar y aislar a un objetivo determinado; mientras el efecto conductual es desmoralizar, paralizar, engañar e influenciar al enemigo.

—¿Qué es lo que se está aplicando?

—El país lleva aproximadamente cinco años sometido a diferentes mecanismos de guerra no convencional y bien podríamos decir a operaciones basadas en efecto. Hemos sufrido un boicot en el suministro de alimentos, especialmente en las vías de distribución, generando un desabastecimiento programado, sometiendo a la población a una incesante búsqueda de los bienes esenciales; Las llamadas sanciones 'inteligentes' para bloquear cualquier forma de financiamiento y comercialización. Analizando estas operaciones, parece indicar que la estrategia a Venezuela es la parálisis estratégica del Estado, especialmente la parálisis de PDVSA disminuyendo al máximo la producción de crudo, generando consecuencias de carácter geopolítico y de conmoción social a lo interno del país.

La entrevista culmina con la convicción de que el Estado venezolano debe prepararse para un conflicto difuso que se peleará de manera 'asimétrica' palmo a palmo en cada rincón del país, y donde las acciones terroristas serán punta de lanza. Destruir la cotidianidad y la paz del pueblo venezolano, para así vencer por agotamiento es el objetivo puesto sobre la mesa.



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