El grupo de investigación que halló este documento oficial del Estado uruguayo ya había previamente comprobado la existencia de organismos dedicados al seguimiento y espionaje a ciudadanos en los años que siguieron al fin del régimen cívico-militar uruguayo (1973-1985), en los que una democracia débil intentaba consolidarse.
Ahora, comprobó que ya bajo esa democracia, los órganos de inteligencia también recibieron la instrucción del Gobierno de EEUU en prácticas que constituyen graves violaciones a los derechos humanos, pero que justifican dentro de la “excepción” de la lucha antiterrorista.Esos mismos métodos que según denuncias se aplicaron como herramientas de guerra contra Afganistán e Irak se intentaron inculcar a fines de los años 1990 en América Latina, como demuestra el hallazgo de este documento oficial en el que está implicado el Estado uruguayo.
El equipo investigador, dirigido por el periodista Samuel Blixen, comprobó que además del instructivo, existió un curso presencial de una semana, para el cual se trasladó a altos funcionarios de Gobierno uruguayo a EEUU.
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Blixen publicó en el semanario montevideano Brecha el relato de una fuente civil del Ministerio de Defensa que acudió a uno de ellos en el año 2009, por lo que esta cooperación estuvo activa durante —por lo menos— esos 13 años.
Lo que dice el manual
Según el reportaje firmado por Blixen en la edición del 26 de abril de Brecha, hay un documento dentro de los archivos militares uruguayos que es un manual elaborado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
El mismo "explícitamente autoriza la tortura, la desaparición forzada y la desaparición repentina" para combatir actos terroristas. En el texto hallado, se menciona también la existencia de un "curso para personal de alto nivel gubernamental", destinado a altos funcionarios civiles como parte del Programa de Asistencia Antiterrorista del Gobierno de EEUU."Nosotros nos planteamos si es posible que esto fuera una mala traducción al español, y no existe ninguna posibilidad de que haya una confusión al hacer la traducción, porque no se corresponde ninguna palabra para decir 'libertad de torturar'", explicó el periodista Samuel Blixen a Sputnik.
Según la transcripción del documento que se publicó en el semanario Brecha, el manual elaborado por el Gobierno norteamericano dice en el apartado titulado 'Filosofía de derechos humanos' que "está pensado para aplicarse en una situación de control de crisis", según describe el medio uruguayo que tuvo acceso al documento.
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Dentro del documento hallado por el equipo de Blixen, se encuentra en la página tres de la sección uno referencias a "libertad de tortura u otro tratamiento o castigo cruel, inhumano o degradante", "libertad de detención prolongada sin presentación de cargos criminales", "libertad de desaparición repentina debido a raptos o detenciones clandestinas por el Estado" y "libertad de denegación de los derechos a la vida, la libertad y la seguridad de la persona".
Lo paradójico, señaló Blixen a Sputnik, que en esa misma sección en que se da vía libre para el crimen gravísimo, se recuerda que existe el Foreign Assistance Act (en inglés, ley de asistencia al extranjero), una norma del Gobierno norteamericano que recorta la ayuda a los Gobiernos que violen los derechos humanos de su población."Lo que avala la afirmación es que, muy al estilo norteamericano, se menciona la norma y después se dice 'en situaciones de crisis' hay libertad de esto y de lo otro, que coincide con lo que hicieron en Afganistán e Irak. La realidad te dice que esas atrocidades fueron ejecutadas y aparentemente están en curso", apuntó el investigador.
El papel de la inteligencia
A pesar de la gravedad de estas revelaciones, no ha habido repercusión significativa en la clase política uruguaya, dijo el periodista. Explicó que aún no han podido encontrar ningún otro registro oficial sobre el convenio bajo el que se realizó este acuerdo de cooperación, pero no dudan de su autenticidad.
El documento fue hallado como parte de la investigación en los archivos de inteligencia militar a los que accedió el periodista y su equipo; que desde hace meses lanzaron una web de trabajo colaborativo para avanzar en su digitalización.Señaló su preocupación ante la falta de capacidad de control civil o siquiera conocimiento de las tareas de inteligencia, tanto militar como policial, que se llevan a cabo en Uruguay. El caso más reciente en este sentido fue la revelación de la existencia de un Centro Nacional de Coordinación contra el Terrorismo dentro del Gobierno uruguayo, del que se supo públicamente cuando un militar, el general Alfredo Erramún, fue designado como su titular en febrero de 2019.
Sin embargo, el decreto 180 de 2017 que creó este Centro y que contiene "directivas para la lucha antiterrorista" en Uruguay es de carácter reservado, aunque sea una norma que incluye mecanismos operativos.
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Blixen señaló que en Uruguay "no hay un entrenamiento parlamentario para controlar los aspectos de inteligencia, que además con la ley antiterrorista se vuelven cada vez más importantes".
"Lo que los archivos revelaron es que toda la actividad del terrorismo de Estado en Uruguay fue una actividad de inteligencia y que ésta jugó un papel central en la represión. No fue dar la orden y golpear, detrás de cada acto había producción de inteligencia, eso está ahora meridianamente conocido, pero el poder civil mira para el costado", concluyó.