Vulnerables a las críticas
Por: Adriana Balaguer,
Siempre le ponemos la oreja a las opiniones ajenas
sobre nuestra vida. Incluso, a veces las consideramos
más que a nuestro propio punto de vista.
Una palabra alentadora, nos exulta. Una crítica,
nos deprime. ¿Cómo protegernos para no ser víctimas
del juicio de los otros? ¿Cómo aprender a valorar
nuestra propia impresión sobre las cosas que hacemos?
A María O. la habían criado para agradarle a todo el mundo,
para ser aprobada, querida, deseada, hasta envidiada.
Pero de tanto sostener ese modelo y modificarlo
cada vez que era reprobada, ya no sabía bien quién quería ser
realmente. Era igual al modelo perfecto que le habían enseñado,
pero ¿era ella realmente esa chica? Y lo peor era que,
en su entorno, cada vez que su verdadero yo aparecía,
lo criticaban.
Perdida una tarde en una librería, hojeando uno de esos libros
de auto-ayuda que siempre le recomendaron no leer
-porque estaban hechos para los que no sabían pensar
por sí mismos- María O. leyó algunos consejos para sacudir
su autoestima dormida y animarse a ir por ella:
- La diversidad del ser humano, existe.
Hay otro tipo de personas, no hay un solo modelo aprobado.
Todos valen.
- Ayuda a ser feliz rodearse de personas que no nos exijan
seguir un patrón de conducta, que nos acepten
y valoren por lo que somos, aún con nuestros errores.
- La crítica no siempre es una voz contra nosotros.
Es más, muchas veces habla más de quien la dice,
que de a quien apunta.
- Podemos no gustarles a los otros, lo que no podemos es
no gustarnos a nosotros mismos.
¿Qué importancia le das a la opinión de los otros sobre tu vida?
¿Qué hacés con las críticas?
Enviado a mi correo.