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۞ REFLEXIONES: Lo que es, es
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De: yesaray (Mensaje original) |
Enviado: 06/06/2010 17:49 |
Extracto de AMAR LO QUE ES, de Byron Katie
Lo que es, es
Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que está en desacuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que queremos. Si quieres que la realidad sea diferente de lo que es, podrías intentar enseñarle a ladrar a un gato y obtendrías el mismo resultado. Puedes intentarlo una y otra vez, y al final, el gato te mirará y volverá a decir: «Miau». Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de satisfacer. Y aun así, si prestas atención> advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Debería enseñarse a los niños a comportarse bien», «Mis vecinos deberían cuidar mejor su césped», «La cola del supermercado debería avanzar más deprisa», «Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo», «Debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)». Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es. Personas aún no familiarizadas con The Work me dicen a menudo: «Pero si renunciase a mi discusión con la realidad perdería parte de mi poder. Si simplemente acepto la realidad, seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de actuar». Yo les contesto con una pregunta: «¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?». «Ojalá no hubiese perdido mi trabajo» o «He perdido mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?»: ¿Qué es lo que te da más poder?
The Work revela que lo que piensas que no debería haber sucedido sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento del mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo toleres ni que lo apruebes. Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.
Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque, cuando discuto con la realidad, sufro. Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque, cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.
Ocúpate de tus propios asuntos
Sólo puedo encontrar tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios. (Para mí, la palabra Dios significa «realidad». La realidad es Dios, porque gobierna. Todo lo que escapa a mi control, al tuyo y al de cualquier otra persona es lo que yo denomino «los asuntos de Dios».) Buena parte de nuestras tensiones proviene de vivir mentalmente fuera de nuestros asuntos. Cuando pienso: «Necesitas encontrar un trabajo, quiero que seas feliz, deberías ser puntual, necesitas cuidar mejor de ti mismo», me estoy inmiscuyendo en tus asuntos. Cuando me preocupo por los terremotos, las inundaciones, la guerra o la fecha de mi muerte, me estoy inmiscuyendo en los asuntos de Dios. Si mentalmente estoy metida en tus asuntos o en los de Dios, el efecto es la separación. Fui consciente de esto hace tiempo, en 1986. Cuando, por ejemplo> me inmiscuía mentalmente en los asuntos de mi madre con pensamientos del tipo: «Mi madre debería comprenderme», experimentaba de inmediato un sentimiento de soledad. Y comprendí que siempre que me he sentido herida o sola, he estado inmiscuida en los asuntos de otra persona.
Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está aquí viviendo la mía? Los dos estamos ahí. Ocuparme mentalmente de tus asuntos me impide estar presente en 3 los míos. Me separo de mí misma y me pregunto por qué razón mi vida no funciona. Pensar que yo sé lo que es mejor para los demás es estar fuera de mis asuntos. Incluso en nombre del amor, es pura arrogancia y el resultado es la tensión, la ansiedad y el miedo. ¿Sé lo que es adecuado para mí? Ese es mi único asunto. Permíteme trabajar en eso antes de tratar de resolver tus problemas por ti.
Si comprendes los tres tipos de asuntos lo bastante para ocuparte de los tuyos propios, este conocimiento puede liberar tu vida de una manera que ni siquiera eres capaz de imaginar. La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, pregúntate de quién son los asuntos en los que te ocupas mentalmente, ¡y quizás estalles en carcajadas! Esa pregunta puede devolverte a ti mismo. Tal vez llegues a descubrir que, en realidad, nunca has estado presente y que te has pasado toda la vida viviendo mentalmente en los asuntos de otras personas. Y si practicas durante un tiempo, quizá descubras que en realidad no tienes ningún asunto y que tu vida funciona perfectamente por sí misma
(...)
Indagación: Las cuatro preguntas y la inversión
1. ¿Es eso verdad?
2. ¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?
3. ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento?
4. ¿Quién serías sin ese pensamiento?
Responde a estas cuatro preguntas y luego invierte tus respuestas. Ahora, utilizando las cuatro preguntas, investiguemos la primera afirmación del punto 1 del ejemplo: No me gusta Paul porque no me escucha. A medida que leas, piensa en alguien a quien todavía no hayas perdonado del todo.
1. ¿Es eso verdad? Pregúntate: «¿Es verdad que Paul no me escucha?». Permanece en calma. Si realmente quieres saber la verdad, la respuesta a esa pregunta aparecerá. Permite que la mente haga la pregunta y espera a que emerja la respuesta.
2. ¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad? Considera estas preguntas: «¿Tengo la absoluta certeza de que es verdad que Paul no me escucha? ¿Puedo saber realmente si una persona está escuchando o no? ¿Acaso en ocasiones aunque parezca que no estoy escuchando sí lo estoy haciendo?».
3. ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento? ¿Cómo reaccionas cuando piensas que Paul no te escucha? ¿Cómo le tratas? Haz una lista. Por ejemplo: «Le lanzo "mi mirada". Le interrumpo. Le castigo no prestándole atención. Empiezo a hablar más rápido y más fuerte e intento forzarlo a que me escuche». Continúa haciendo tu lista, y a medida que vayas profundizando en tu interior, observa cómo te tratas a ti misma en esa situación y cómo te sientes. «Me encierro en mí misma. Me aíslo. Como y duermo mucho y me quedo mirando la televisión durante días. Me siento deprimida y sola.» Advierte todos los efectos que provoca pensar: «Paul no me escucha».
4. ¿Quién serías sin ese pensamiento? Ahora considera quién serías si no fueses capaz de pensar: «Paul no me escucha». Cierra los ojos e imagina que él no te está escuchando. Imagínate que no tienes el pensamiento de que Paul no te escucha (ni siquiera el de que debería escucharte).
Tómate el tiempo que necesites. ¿Qué es lo que ves? ¿Cómo te sientes?
Haz la inversión. La afirmación original: «No me gusta Paul porque no me escucha», al invertirla, podría transformarse en: «No me gusto a mí misma porque no escucho a Paul». ¿Es eso verdad para ti? ¿Escuchas a Paul cuando piensas que él no te escucha? Busca otros ejemplos de cómo no escuchas. Otra inversión que podría ser igual de verdadera, o incluso más, es: «No me gusto porque no me escucho a mí misma». Cuando estás pensando en lo que Paul debería hacer, ¿te estás escuchando a ti misma? ¿Pones en espera tu propia vida cuando crees que él debería estar escuchando? ¿Puedes oír cómo le hablas a Paul cuando crees que debería escucharte?` Tras haber reflexionado sobre estas inversiones, continúa haciendo una indagación típica con la siguiente afirmación del punto 1 de la Hoja de Trabajo de ejemplo -Estoy enfadada con él porque no me valora-, y después haz lo mismo con el resto de las afirmaciones que aparecen en esa hoja.
Extracto de AMAR LO QUE ES, de Byron Katie |
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De: Dream7 |
Enviado: 07/06/2010 13:25 |
Gracias por compartir , un saludo yesa |
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