Es imposible sentirse felíz si no vivimos en armonía con quienes nos rodean, ya sea familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Para lograr una vinculación comprensiva es preciso que cada uno ofrezca a los demás lo mejor de sí mismo, controlando los impulsos del caracter y de los altibajos del humor.
De este modo con una educación del propio temperamento no es nada difícil establecer una armónica convivencia con los demás.
Sí, de verdad se los digo, cuando aprenderán a ser felices y respetarse...uffff...ya estoy cansado de pensar !!!
Traviesito