“YO CONOCÍ A SATHYA SAI BABA”
Leonardo Carvajal H.
Politólogo e Internacionalista
En el 2001, fui a conocer a Sathya Sai Baba, en el sur de la India, luego de quedar cautivado con la profunda filosofía de sus libros. A su ciudadela espiritual llegan, en todas las épocas del año, miles de personas de todas las religiones del mundo. “Solo hay una religión, la religión del Amor, sólo hay una raza, la raza de la Humanidad; solo hay un lenguaje, el lenguaje del Corazón; solo hay un Dios, que es Omnipresente”, fue su mensaje. En educación, planteó que esta debe orientarse a la formación del carácter y no concentrarse en la simple transmisión de información, y que los currículos deben servir a los estudiantes para vivir y no solo para ganarse la vida. Esquematizó la transformación planetaria desde el individuo, así: “Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza de carácter; si hay belleza de carácter, habrá armonía en el hogar; si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación; y si hay orden en la nación habrá paz en la tierra”.
En un mundo asediado por la corrupción, Sai Baba subrayó que “la ciencia sin humanidad, la política sin principios y los negocios sin moralidad” no solo con prácticas inútiles, sino peligrosas. En una sociedad mundial marcada por el individualismo, enseñó en 10 palabras sus Vedas del Siglo XXI: “Ama a todos, sirve a todos; ayuda siempre, nunca hieras”. En diciembre, fuimos con mi esposa y nuestros tres pequeños hijos por una temporada a la morada de paz de Sai Baba. En tres semanas de estadía, ellos nunca tocaron las consolas de juegos que llevaban ni vieron ni un minuto de televisión; nunca se quejaron por la falta de comodidades occidentales y, al final no querían regresar. Comprobé que al mayor milagro de Sai Baba es la transformación de sus seguidores en forma no dogmática ni por imposición.
Bibliografía: Tomado del diario “EL TIEMPO” Abril 27 de 2011 PAG. 20 (galfosat/2011)