LA CALACA JUSTICIERA
Andaba la envidia todita encantada
porque aqui en la tierra todos la adoraban
pero no contaba la muy vaquetona
conque detrás de élla
la seguía de cerca "la doña pelona"...
Asi que muy sexi iba doña envidia
toda "contoneada" por el camposanto
"hoy es día de muertos" se dijo ladina
"voy a hacer que todos se envidien sus ramos"
Y que de repente ve un tumba nueva,
que abierta esperaba a nuevo inquilino
se para y se dice "¿quién será el que llega?
ja ja aquí se acaba su largo camino"...
En eso la envidia, sin saber que "pe-do"
¡cae de nalguitas en el agujero!,
paradita al borde está doña muerte
echando paladas de tierra pa adentro:
Murmura conjuros en lenguas extrañas
mientras doña envidia en polvo se ahoga:
¡hasta aquí llegaste pérfida malora!
te corté el camino¡, se llegó tu hora!...
¡En nombre del grande que todo lo mira
aquí quedarás por todos los siglos
muerta y enterrada por siempre jamás
bien desbaratada tu te secarás!
¡HE DICHO!
Y ya entrada en dichos y en hechos, la muerte
con los homenajes sentíase fuerte!
así que frotando sus manos se dijo:
"A darles con todo y a pelar los dientes!"...
Se llevó a la ira, se llevó a la infamia,
arrastró a injusticia, y a simulación,
se llevó a don odio, a la hipocresía,
jaló de los pelos a doña ambición...
Le tumbó los dientes a doña altivez
que con arrogancia se le puso al brinco,
doña adulación lloriqueando mucho
se arrastró solita moqueando bajito,
Agarró a don miedo junto con temor,
de los meros "destos" pa que les doliera,
noqueó a degenere de un buen bofetón,
bailó un zapateado arriba de guerra...
Y así, doña muerte fué haciendo un "montón"
allá en una esquina de aquél cementerio,
cayendo la noche, nomás se sonrió
y con mano firme encendió un gran fuego:
"Bueno! pues parece que es todo por hoy,
¡hemos atrapado a toda la banda!,
si alguno ha quedado, se morirá sólo,
pues los "montoneros", solos, se acobardan...
"Ufffff... ¡Sí que estoy cansada!... ¡Paso a retirarme!
cumplido el encargo del grande del cielo,
me voy a casita; después de bañarme
pondré a dormir todo mi esqueleto"...
Y mientras se iba, la muerte pensaba:
"Que friega me he puesto,¡Aaay tatita Dios!...
Espero que ya no haya gente pendeja
de aquélla que siembra en el corazón,
en propio y ajeno; ¡tanta mierda de ésa!...
¡líbranos Señor!,
porque si aún la hay,
¡ésto será el cuento de nunca acabar
y pa esta pelona estará cabrón!
¡HE DICHO! ... Yyyyy
¡AAAAA DIOOOOS!