Hambruna, la peste del Siglo XXI
La Organización de las Naciones Unidas reiteró el lunes en Roma que el mundo se encuentra siendo golpeado por una hambruna que golpea a casi 1,000 millones de seres humanos en todo el planeta. De no tomar cartas en el asunto, advirtió, en 25 años a partir de ahora el mundo padecerá una plaga que envolverá a la mitad de una población que cada día crece a pasos agigantados.
Saltan las alarmas. El 8 de abril de 2008 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el aumento de precio de los alimentos causaría inestabilidad política, social y hambruna. Dieciocho meses después, el organismo internacional reveló que 1,200 millones padecen hambre en todo el mundo por la falta de alimentos, y que en el año 2050 la cifra se multiplicará a 9.600 millones. El descuido generalizado del medio ambiente, el cambio climático, los desastres naturales (terremotos, maremotos, ciclones y huracanes), guerras, crisis financiera y sequías son las principales causas de la escasez que agobia al mundo entero. Y de los precios más altos
Futuro incierto. John Colmes, subsecretario general para asuntos humanitarios de la ONU, detalló que en el último año los precios de los alimentos básicos aumentaron a más del doble, y que la tendencia es preocupante. La combinación entre escasez, precios altos y crisis económica generaron una situación "sumamente volátil", dijo. "Cada vez cuesta más transportar alimentos".
Informe olvidado. Todos sabían de la crisis alimentaria. En febrero de 2005 la ONU aseveró que 47 países afrontaban escasez de alimentos, que 36 necesitaban ayuda inmediata y 11 tenían perspectivas desfavorables. Las causas eran las mismas: cambio climático, sequías, guerras, crisis, combustibles caros... En Etiopía no llueve en años temen que regrese el desastre de la hambruna de 1984.
Desastres naturales. El maremoto del 26 de diciembre de 2004 en Índico mató a más de 230 mil personas en 11 países. El mar inundó enormes cultivos de arroz y las cosechas de ese año y de los dos años siguientes se perdieron. Después de esa tragedia vinieron otras, una tras otra, entre sismos, ciclones y sequías. La última fue Filipinas, donde tres tormentas mataron a más de 1,000 personas y desplazaron a cerca de 1.5 millones que lo perdieron todo.
Daño colateral. La mayoría de las víctimas del maremoto de Asia se dedicaba a la agricultura, la pesca o empresas relacionadas con estas actividades. A ello se sumó la guerra en Irak y Afganistán, sequías y la baja en la producción de cereales en Europa. "La tormenta perfecta", dijo la ONU. La hambruna estaba en puertas
Pésimos augurios. A fines de 2007 se advirtió que para 2008 la desaceleración en la producción de cereales en países pobres y con déficit de alimentos, sumado a la subida de precios de exportación -por el aumento de los combustibles-, hará que 28 países enfrenten una crisis alimentaria. Ya en 2007 la producción de alimentos se hallaba por debajo del crecimiento demográfico.
Tierra seca. La sequía también incide en el problema. Varias naciones, entre ellas Guatemala y Etiopía, reportan grandes daños a la producción agropecuaria. El clima juega un papel clave en la producción de alimentos. Sin lluvias en los meses de siembra frena las cosechas; sin cosechas los platos permanecen vacíos.
Futuro incierto. En 2008, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) tenía previsto alimentar a 73 millones de personas en todo el mundo. De ellas, 3 millones cada día en Darfur. La guerra no ayuda. Los conflictos bélicos también impactan en la producción de alimentos. En Sudán y Darfur bajó la producción de maíz. Kenya registra una baja severa en la producción agrícola. Irak lleva seis años de conflicto. En la última década aumentó el tamaño de los grupos vulnerables de la población. Y China aumentó el consumo de alimentos.
Bajo el agua, sin agua. En 2007 las lluvias del monzón inundaron Asia y dejaron 18 millones de damnificados. En Ecuador, Perú y Bolivia miles de hectáreas de cultivo se perdieron. En Centroamérica disminuyeron las cosechas de maíz y fríjol por falta de lluvias, y EU redujo un 4% la superficie de cultivo. Filipinas Australia también se está secando
Fórmula fatal. Elevado precio del petróleo + creciente demanda de alimentos + fabricación de combustibles a base de alimentos + clima + especulación en el mercado = violentas protestas en los países pobres. La ONU subrayó que el problema “es muy serio” en todo el mundo, y citó a Haití y Etiopía como naciones de alto riesgo, y donde merodea el fantasma de la hambruna.
Cuánto tenemos. Según la ONU, el inventario mundial de granos básicos alcanza para cubrir la demanda durante 60 a 90 días. Los suministros de cereales son los más bajos desde la década de 1980, y en los países pobres más del 60% de los ingresos se destina a la compra de alimentos. El riesgo es tal, que en una veintena de países la gente ha salido a las calles a protestar por la carestía. Según la ONU, los precios mundiales de los alimentos aumentaron un 50% en el último año, acelerando una inflación que comenzó en 2002. Desde entonces, los precios han crecido un 65%. Los precios de los lácteos aumentaron 80%.
Como en 1984. El gobierno de Etiopía clamó a la comunidad internacional ayuda alimentaria para 6.2 millones de personas afectadas por la sequía. Dijo que necesita 160,000 toneladas de ayuda de emergencia para cubrir necesidades en el último trimestre de 2009. Si no lo hace, quedarán expuestas a la muerte como en 1984. La hambruna de 1984 es la peor tragedia humanitaria registrada. Millones de niños, mujeres, hombres y ancianos murieron frente a las cámaras de TV.
Futuro incierto. En 2008, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) tenía previsto alimentar a 73 millones de personas en todo el mundo. De ellas, 3 millones cada día en Darfur. Para lograr este objetivo, el PMA necesitó una suma adicional de $500 millones, sin contar el aumento de precio de los alimentos, de los combustibles y la especulación. Lo recaudado fue menos.
El nuevo rostro del hambre. El aumento de la demanda en las principales economías como la India y China, los fenómenos meteorológicos extremos -como los huracanes, las inundaciones y las sequías que han devastado las cosechas en muchas partes del mundo-, y la disminución de las zonas agrícolas, son las principales causas de la hambruna. "Nos enfrentamos a una situación crítica", dijo Ban Ki-moon, secretario general de la ONU. "Las existencias mundiales de alimentos se redujeron a mínimos históricos". Los más afectados son, inevitablemente, "los 1,200 millones más pobres", expresión que designa el conjunto de personas que viven con un dólar o menos de un dólar al día, dijo Ki-mon. No se ven soluciones inmediatas.
Todos los días se tiene hambre. Ban Ki-moon dijo verdades simples: "Cuando las personas son tan pobres y la inflación erosiona sus exiguos ingresos, en general optan por una de las dos opciones siguientes: compran menos alimentos o compran alimentos más baratos y menos nutritivos. El resultado final es el mismo: más hambre y menos probabilidades de un futuro saludable".
Sí se puede. No toda esta perdido, la batalla contra la hambruna se puede ganar. “Disponemos de los instrumentos y la tecnología para vencer el hambre”, opinó el Secretario General de la ONU. "Sabemos lo que hay que hacer. Se necesitan voluntad política y recursos, asignados con eficacia y eficiencia". El punto es que todos los actores implicados en el problema deben actuar juntos.
Revivir el campo. Se pueden mejorar los programas y prevenir las consecuencias del cambio climático, pero la mayor solución está en aumentar la producción agrícola. La ONU estima que una tercera parte de las carestías de alimentos pueden mitigarse mejorando las redes locales de distribución agrícola y facilitando el acceso de los pequeños agricultores a los mercados.
Un buen punto. Josette Sheeran, directora ejecutiva del PMA, dijo que "el mundo alimenta hoy a más seres humanos que nunca antes". Agregó que de 1969 a la fecha "hemos sido capaces de recortar a la mitad la proporción de las personas que padecen hambre". Si el mundo tiene esa capacidad de respuesta, es probable que con voluntad política se revierta la peste del Siglo XXI.
Cada día más. Antes, el número de quienes padecían hambre crecía a razón de 4 millones/año. Ahora, con la inflación, creció mucho más. ¿Hay respuestas? Los organismos internacionales las están buscando. Mientras, recomiendan usar sólo lo necesario y presionar para que el tema de la hambruna se eleve a los más altos niveles de la política. Si no lo hacen, millones morirán de hambre.
Reporte lapidario. La FAO advirtió que la crisis tiene un efecto devastador para las víctimas del hambre en el mundo, y estimó que en 2009 un total de 1,020 millones de personas, "una cifra intolerable", están pasando hambre en el planeta. Agregó que "el brusco repunte del hambre causado por la crisis económica ha golpeado con mayor fuerza a las personas más pobres en los países en desarrollo, poniendo en evidencia la fragilidad del sistema alimentario mundial y la necesidad urgente de su reforma". Sólo en América Latina 53 millones de personas sufren hambre crónica. El problema, dijo, es extremadamente serio y hay que encontrar soluciones inmediatas