En un tango atroz de rojo y negro los pies se entreveraron fueron dibujos de puñal de muslo blanco fueron un arrastrado amor laxo, irredento fueron dibujos de sudor filigranas elegantes de sangre mientras la luna en blanco y negro plateaba Buenos Aires y en un quejido se desmayaba el aire poblado de jazmines de sombras de jardines inexistentes ya mientras se oia un tango.