LECCIÓN 32 ESTUDIANTES DEL MUNDO
ECOLOGÍA DE LAS RELACIONES
HUMANAS (M. Hilarión)
El Libre Albedrío Y Las Leyes Divinas
EL LIBRE ALBEDRÍO Y LAS LEYES DIVINAS
Analizando en forma panorámica las necesidades de los seres humanos a niveles psicológicos,
podríamos observar dos aspectos, uno individual y otro colectivo.
A nivel individual, cada persona busca obtener el mayor número de satisfactores de las relaciones
que mantiene con el resto de los seres humanos.
A nivel colectivo, podemos hablar que existe la inclinación natural por ley divina, de alcanzar un
estado de equilibrio armónico entre todos los integrantes de una comunidad ecológica.
Las leyes divinas generan el equilibrio
Así pues, siendo que las leyes divinas regulan el comportamiento de todos los seres vivos,
debemos entender que todo lo que ocurre dentro del ecosistema del que estemos hablando, buscará
siempre establecer el equilibrio entre sus diferentes integrantes; esto es importante porque tiene
como implicaciones las siguientes:
En el estado natural de las cosas nada se destruye a si mismo, todo se autorregula, se autocontrola
y busca un estado de equilibrio armónico entre sus partes.
El libre albedrío
Por otra parte, el libre albedrío humano que tantas veces ha sido mal interpretado, debemos
entenderlo como una prerrogativa humana para poder autodirigir sus acciones, hasta un cierto
punto que no obligue a las leyes divinas que buscan el equilibrio entre todos los integrantes, a
actuar. Cuando esto ocurre, significa que el ser humano ha roto el equilibrio mediante el uso de su
libre albedrío y la naturaleza empieza a actuar en consecuencia para restablecerlo, esto incluso, a
pesar de la voluntad del ser humano.
Podríamos decir que el ser humano usa su libre albedrío sin tener en cuenta las implicaciones de su
conducta, esto lo puede llegar a hacer hasta un punto en donde obliga a otras leyes superiores a
actuar y entonces él mismo debe buscar una readaptación de sus intereses en favor de la
colectividad.
A nivel psicológico, los seres humanos pasan por las mismas lecciones, cada individuo busca
ejercer su voluntad dentro de las relaciones que tiene con otras personas, muchas veces buscando
un provecho egoísta; esto lo podrá hacer hasta en tanto su egoísmo no ocasione una respuesta
violenta de parte del resto de las personas, cuando esto ocurre, significa que el equilibrio se ha roto
y empieza una fuerza, una lucha de fuerzas, en donde necesariamente la colectividad predominará
sobre los intereses de un individuo, en este caso, el libre albedrío de esta persona deberá someterse
a la voluntad de la sociedad. De esto igualmente podemos definir, o podemos concluir un principio
fundamental en las relaciones humanas.
Principio fundamental en las relaciones humanas
“Las libertades de una persona deben ser ejercidas teniendo en cuenta el respeto por las
libertades de los demás”
La conducta de un ser humano debe ser observada en función de las conductas de sus congéneres;
las relaciones humanas son un conglomerado de estímulos y respuestas, derivados de los continuos
roces que como individuos pertenecientes a una sociedad tiene, cada acción de parte de alguien
provoca una reacción de parte de otros, y así hasta el infinito. En esta continua interacción, existen
ciertas reglas que deben ser observadas.
LA VIDA FAMILIAR
¿Saben lo que es un “nicho ecológico”? En realidad es un termino empleado para identificar una
pequeña comunidad de seres vivos y el entorno en que se mueven. Entre los seres humanos, el
nicho ecológico por excelencia es la familia. Cada familia constituye un pequeñísimo ecosistema
al que es posible estudiar de una manera sistemática y entender las razones de las conductas
seguidas por estos integrantes en el resto de la sociedad.
Hemos dicho que las relaciones humanas son un conglomerado de estímulos y respuestas,
recibidos y emanados continuamente por todos los seres vivos; a cada impulso recibido del
exterior la persona responde con otro, sus reacciones están determinadas por una serie de
aprendizajes que ha venido acumulando a lo largo de su vida.
La lucha por el reconocimiento adecuado
Ya se ha explicado ampliamente la forma en como la personalidad del hombre o la mujer se va
gestando a medida que alcanza su madurez, pero desde un punto de vista ecológico, hay un aspecto
que debe tenerse en cuenta: Los niños a medida que van creciendo, van adquiriendo nuevas
necesidades que muchas veces no son identificadas por los padres puesto que siguen reaccionando
para con ellos como si aún fueran niños, es decir, cada persona responde a los estímulos de otra
muchas veces no en si por el estimulo que esta recibiendo, sino por la imagen que guarda en su
propia mente de aquella persona, es decir, la imagen que cada uno de los seres humanos proyecta
sobre los demás, condiciona las respuestas que esas personas darán a sus impulsos.
Un padre puede estar respondiendo a un niño de ocho años, cuando en realidad la persona que
tiene enfrente es su hijo de diecisiete, el padre lo seguirá viendo niño porque es la imagen que
mantiene todavía de él. El joven ante las necesidades que él siente y el trato que recibe, reacciona
bruscamente, porque su padre no ha sabido identificar las nuevas necesidades que él tiene ahora.
De esta forma, el joven buscará tomar un nuevo papel dentro de las relaciones familiares, un papel
de mayor importancia, estará luchando porque su familia lo reconozca como un adulto y no lo
traten como un niño.
La lucha por la supervivencia
Esta lucha que todos los seres humanos tienen que emprender a medida que crecen dentro de su
familia, igualmente se da en la sociedad.
Los seres humanos son entidades cambiantes y su dinámica de cambio genera necesidades que
anteriormente no tenia, sin embargo, los seres humanos con quienes convive siguen manteniendo
una imagen de él que muchas veces corresponde a un pasado que ya no existe; la persona entonces
debe buscar construir una nueva imagen dentro de los demás y esto muchas veces lo hace
reaccionar violentamente, o bien aislarse, o cualquier otro tipo de reacción de protesta.
A esta búsqueda de nuevos lugares, de nuevas posiciones dentro de la ecología de los seres
humanos, es lo que se ha llamado “la lucha por la sobrevivencia dentro de la jungla de las
relaciones humanas”. Sin embargo, una vez que se ha entendido el proceso a través del cual las
comunidades reaccionan ante un individuo, es posible trabajar a través de estas imágenes
proyectadas, para lograr mayores niveles de satisfacción personal y de armonía social.
Dos formas de percibir la vida familiar
Todo esto lo iremos viendo a medida que desarrollamos nuestro estudio, pero regresando a la
familia, es posible también observar que los padres quienes dirigen un hogar, a medida que
transcurre el tiempo, van teniendo mayores necesidades de apoyo por parte de sus hijos, sin
embargo, lo que los hijos desean por sobre todas las cosas, es muchas veces la independencia, han
sentido que su hogar no era un lugar de residencia pacifica, sino un lugar de opresión. Salir de la
casa paterna representa para ellos libertad, regresar a ella representa únicamente regresar a una
vida de opresión y de limitaciones. A niveles psicológicos, el adolescente asocia su hogar a
limitaciones, y asocia la vida externa a la familia, con la libertad.
Más adelante cuando se desarrollen en él las necesidades de crear su propia familia, su hogar será
asociado a seguridad, estabilidad y descanso, mientras que el mundo externo estará asociado a
otros factores necesarios para la subsistencia de su hogar.
Veamos entonces las distintas imágenes que la familia representa para los diferentes integrantes de
ella: Para los jóvenes, opresión. Para los padres, seguridad y descanso.
Muchas veces para la madre es igualmente un símbolo de opresión y de trabajo continuo, y
mientras ella busca salir y descansar, el padre busca llegar y descansar.
Ante estas distintas perspectivas, la casa, el hogar, se convierte en un lugar donde distintos
intereses se conjugan y las diferentes personalidades que en él conviven se transforman, surgen
una infinidad de estímulos y respuestas que determinaran en gran medida la armonía o desarmonía
de las personas que lo forman.
LA ECONOMÍA DE LAS CARICIAS: DONADORES Y CONSUMIDORES
En la ecología se han estudiado las relaciones que guardan ciertas comunidades de animales con
otras y se ha observado por ejemplo, que los animales que sirven de alimento a otros, a su vez se
alimentan de otros, y cada una de estas comunidades cumple un papel que conscientemente ignora,
pero que a nivel global es posible entenderlo, como una cadena de eventos en los cuales flota
intangiblemente el concepto de equilibrio. El numero de individuos de cada una de las especies,
regula el numero de individuos de aquellas otras que se alimentan de ellos, e incluso de las
especies de las que ellos mismos se alimentan, es decir, el numero de individuos de una especie
controla tanto a su depredador como a sus depredados.
Así pues, tomando por ejemplo la comunidad de un pequeño lago, el número de ranas dependerá
del número de insectos que existan disponibles como alimentación y del número de víboras que se
alimenten de estas mismas ranas. Este pequeñísimo ejemplo de un sistema ecológico se cumple
igualmente para los seres humanos, solo que de una manera algo más complicada.
Las caricias
Los seres humanos se alimentan de otros en lo referente a las caricias, es decir, de aquellos
estímulos que son satisfactores para necesidades individuales.
Decimos que un estímulo es una caricia, cuando la sensación que deja en la persona resulta
reconfortante.
Los seres humanos deambulan por la sociedad en busca de estas caricias y a la vez, son impulsados
a darlas como parte de una necesidad, sin embargo, hay personas cuya naturaleza las hace
donadores por excelencia de caricias, mientras que hay otras en las cuales esta capacidad se
encuentra totalmente reprimida; decimos, entonces, que son personas consumidoras de caricias.
En una cierta colectividad en donde ambos tipos de personas se encuentran en equilibrio, se
establecerá una convivencia armónica, sin embargo, si el equilibrio se rompe, la comunidad
tendera a restablecerlo, es decir, el numero de donadores se ajustara al numero de consumidores.
Equilibrio entre el dar y el recibir caricias
Significa esto a niveles prácticos, lo siguiente: En todos los grupos el numero de personas
dedicadas a aportar caricias, es igual al numero de personas necesitadas de ellas, sin embargo, la
complejidad se introduce cuando entendemos que cada persona puede en determinado momento,
ser donador y a la vez consumidor; ambas fases deben estar igualmente en equilibrio y una persona
debe saber conscientemente cuando pasa de un estado al otro.
En grupos en donde existan únicamente consumidores, el grupo tendera a desintegrarse,
igualmente en aquellos en donde existan únicamente donadores; sin embargo, la naturaleza
humana es tal, que cuando esto ocurre, algunas de las personas cambian de polaridad y se vuelven
consumidores o donadores, según sea necesario para la supervivencia del grupo.
Pasando a ejemplos prácticos podríamos decir, que en ocasiones el mal humor reinante en una
reunión puede hacer que esta se desintegre rápidamente, puesto que en esos momentos todos se
han convertido en consumidores y nadie esta dispuesto a donar nada.
En otros casos en donde únicamente las personas están repartiendo elogios unas a otras, nadie
siente la necesidad de recibirlos y las pláticas se vuelven vacías y sin sentido, igualmente el grupo
tenderá a desintegrarse.
Llevemos esto ahora a otros campos de actividad humana.
Las caricias en las relaciones laborales
En las relaciones laborales por ejemplo, en donde continuamente y de acuerdo a los papeles que
cada uno desempeña, los jefes se sienten con la obligación de dirigir a sus empleados;
normalmente un jefe debería alternar sus estados de donador y consumidor, vigilando
estrechamente el estado de ánimo de sus empleados. Dado que esto no es frecuente, lo que
normalmente acontece es que los jefes sean blanco de todas las críticas de sus empleados.
Así como los organismos vivos tienen como una de sus prioridades básicas el conseguir el
alimento necesario para su sustentación, así los seres humanos buscan establecer relaciones que les
dejen caricias.
En comunidades cerradas en donde el numero de individuos necesariamente se mantiene por el
hecho de ser una familia, un grupo de trabajadores o una organización de algún tipo, las relaciones
humanas estarán dotadas de una mayor calidad si estos integrantes logran mantener el equilibrio
entre los donadores y los consumidores, de no ser así, las relaciones se irán degradando y
rápidamente entrarán en un estado inarmónico.
Mas adelante platicaremos acerca de la gran utilidad que puede tenerse, cuando una persona puede
cambiar fácilmente, libremente, de un estado al otro. Los invito a que sigan profundizando en los
temas de relaciones humanas, dado que es un estudio que aportara grandes beneficios a la sociedad
actual.
Preguntas:
1. ¿Cual es la premisa básica del equilibrio de un ecosistema?
2. ¿Qué acciones individuales pueden romper el equilibrio colectivo? Cita ejemplos
3. ¿Cuál es el Principio Fundamental de las Relaciones Humanas?
4. ¿Qué son las relaciones Humanas?
5. ¿Qué es un nicho ecológico?
6. ¿Cómo puede un individuo formarse ante los demás una nueva imagen?
7. A que se le llama “Lucha por la Sobrevivencia en la Jungla de las relaciones Humanas”?
8. ¿Cuál es la opinión que crees que tiene cada miembro de tu familia sobre lo que la familia
representa para cada uno? Ahora pregunta a cada miembro de tu familia lo mismo, y
compara tus observaciones con las respuestas de cada uno de ellos.
9. ¿Qué es una caricia sicológica?
10. ¿Cómo debe ser el comportamiento del jefe de un organismo (familia, empresa, pueblo) en
cuanto a su característica de donador o consumidor de caricias, para mantener el equilibrio
de la organización?