Una de las actividades más antiguas de la humanidad son las artes. Estas tampoco se han escapado de los tentáculos de las matemáticas. La naturaleza es matemática, pero también armoniosa y bella, fue asi como en la antigüedad se descubrió la proporción áurea.
Desde los más antiguos tiempos el hombre ha buscado el descanso en la observación de las cosas bellas. Es por ello que la belleza ha sido y será siempre una actividad que se renovará constantemente a la par que la tecnología. No importa cuántos inventos se hagan para hacernos la vida más fácil, no irán solas, la parte estética siempre será importante.
Existe una proporción matemática que podemos encontrar en la naturaleza, en las flores, en obras de arte como el Hombre de Vitrubio o el David. Un número que ha sido conocido desde la antigüedad.
Este número, se conoce de diferentes formas como número áureo, razón dorada, proporción aurea o divina proporción. Es un numero irracional, es decir un numero decimal sin fin, que podemos aproximar como 1.6180339887…
El número áureo se puede obtener de diferentes formas. Una de ella es mediante la serie de Fibonacci, en la cual cada número siguiente en la serie es obtenido al sumar los dos números anteriores. Si encontramos la razón (división) de dos números consecutivos de esta serie, veremos que se aproxima al número áureo. Entre más grande sean los números, más cercana es la aproximación.
Euclides fue uno de los primeros en describir este número mediante la relación de dos rectas “a” y “b” en las que se cumpla la siguiente fórmula: (a+b)/a = a/b.
En fin, la naturaleza misma guarda esta proporción. Ejemplos de ellos es la distribución de los pétalos de una flor o en la proporción de abejas macho y hembra que existen en una colmena, así también la forma de espiral (conocida como nautilus) de los caracoles guarda dicha proporción.
Muchos artistas han utilizado esta proporción para realizar sus obras como es el conocido Hombre de Vitrubio de Leonardo Da Vinci, o el David de Miguel Ángel.