En casa antes del anochecer.Por:
Daniel Jacob
(inspirado en una cancion de Judy Collins)
"Veo mi pasado ante mí. Entro en calor ante los fuegos de mi juventud. Judy Collins
Escucho su voz familiar y recuerdo –y en ese recuerdo hay paz y la seguridad que creía perdida.
¿Cuántas veces me senté en la oscuridad, cautivo de esos claros y ricos tonos, recibiendo las tareas de mi alma en un idioma que sólo los corazones pueden reconocer?
Había muchos de nosotros allí aquella noche y sólo había UNO. Porque todos nos sentamos como niños, todos escuchamos juntos. ¿Y no nos transformamos entonces? ¿No nos aceleraron y completaron? Luego llegó el momento de que tomásemos caminos separados. Caminos de separación –caminos de indispensable dolor.
¿Y no pareció que sonreíamos al partir? –Sonrisas que ofrecían una promesa bendita, un juramento de encontrarnos una vez cuando terminásemos nuestras tareas.
“No será por mucho tiempo”, dije. “No se preocupen por mí. Estaré en casa antes del anochecer.”
Y entonces dejé de lado mis más dulces memorias y caminé en la bruma del tiempo y el espacio. De algún modo me las ingenié para olvidar aquellas horas juntos y me perdí en el mundo laboral.
Participe en el Juego, lo hice bien. Me esforcé y lloré y reí y envié mis deseos a una estrella. Y todos ustedes estaban allí, nunca partieron. Silenciosos, observaron y permanecieron a mi lado.
Los días se transformaron en noches y las semanas se convirtieron en años. Y aún así ustedes se quedaron y velaron por mí. Cuando dos manitas sostuvieron las mías, necesitadas de fortaleza y ofreciéndome un amor inocente, sonreí y me encogí de hombros y estuve a la altura de la tarea. Así es como estaba planeado, ¿ven? Ahí es donde iba a estar el crecimiento.
No será por mucho tiempo- no se preocupen por mí. Estaré en casa antes del anochecer.
Y cuando sembré mi semilla y mi armazón se inclinó por debajo de la fatiga de esa negación de quién era yo en realidad, su voz le habló quedamente a mi corazón ansioso y cuanto había dejado atrás comenzó a despertar.
Lenta, tentativamente, desaparece el aletargamiento y los puedo sentir una vez más.
Ocultos como Huevos de Pascua –algunos aquí, otros allá- yacen los recordatorios de mi antiguo pasado, de mi preciado Yo Superior.
Los reúno en un solo cuenco. Me siento con ellos cuando se pone el sol y dejo que me bañe su dulzura. En un instante, estamos todos juntos una vez más. Sentados, cruzados de piernas y ansiosos –mientras ella rasguea su guitarra y entona una melodía sagrada.
Tan rápidamente como desaparecimos todos en esa bruma, nuestra alma única se ha reunido una vez más. Desgreñada por el viaje, pero intacta.
Entretejidos, mientras las nubes de la noche se aproximan, la noche que amenaza con impedir la salida del sol- la que no deja que la luna ilumine el camino.
“No será por mucho tiempo. No se preocupen por mí. Estaré en casa antes del anochecer.”
DJ