Aunque hay varias interpretaciones de lo ocurrido,
todas coinciden en que el cura llamó a la insurrección,
lanzó vivas a favor del entonces rey de España,
Fernando VII y a la religión católica.
Aunque existen dos versiones de lo que en realidad
habría dicho rescatadas por dos católicos:
Fray Diego de Bringas y Fray Servando Teresa de Mier.
La primera presentada por Fray Diego de Bringas,
en un sermón predicado en Guanajuato el 7 de diciembre de 1810
señala que el llamado del cura de Dolores fue:
“¡Americanos oprimidos!
Llegó ya el suspirado día de salir del cautiverio
y romper las duras cadenas
con que nos hacían gemir los gachupines.
La España se ha perdido.
Los gachupines por aquel odio con que nos aborrecen
han determinado degollar inhumanamente a los criollos,
entregar este floridísimo reino a los franceses
e introducir en él las herejías.
“La patria nos llama a su defensa.
Los derechos inviolables de Fernando VII nos piden de justicia
que le conservemos estos preciosos dominios.
Y la religión santa que profesamos nos pide a gritos
que sacrifiquemos la vida antes que ver manchada su pureza.
“Hemos averiguado estas verdades,
hemos hallado e interceptado la correspondencia
de los gachupines con Bonaparte.
¡Guerra eterna, pues, contra los gachupines!
Y para pública manifestación que defendemos una causa santa y justa,
escogemos por nuestra patrona a María Santísima de Guadalupe.
¡Viva la América!
¡Viva Fernando VII!
¡Viva la religión y mueran los gachupines!”.
* * *
La otra versión conocida es la de 1813, de Fray Servando Teresa de Mier,
quién afirmó que lo que el cura Hidalgo había dicho esa mañana fue:
“Hoy, debía ser mi primer sermón de desagravios;
pero será el último que os haga en mi vida.
No hay remedio: está visto que los europeos nos entregan a los franceses;
veis premiados a los que prendieron al Virrey y relevaron al Arzobispo,
porque nos defendían.
El Corregidor, porque es criollo, está preso.
¡Adiós, Religión! Seréis jacobinos, seréis impíos.
¡Adiós Fernando VII! Seréis de Napoleón.
—No, Padre, gritaron los indios, defendámonos:
¡Viva la Virgen de Guadalupe!
¡Viva Fernando VII!
—Vivan, pues, y seguid a vuestro cura,
que siempre se ha desvelado por vuestra felicidad.
* * * * *
Lo cierto es que desde el llamado de Hidalgo
del 16 de septiembre empezaron a aparecer proclamas de insurgentes
tanto manuscritas como orales que llamaban a sumarse a la lucha
y que ahora forman parte de una tradición
que ya es un símbolo de identidad y orgullo nacional.
*