Deformación del lenguaje
En la comunicación actual se abre una brecha generacional mediante el uso de mensajes de texto -ya sea en teléfonos celulares, chats, correos electrónicos y en las redes sociales en internet- que podría significativamente modificar en el futuro el uso del lenguaje escrita.
A partir de esa situación académicos de la FES Acatlán opinan sobre la trascendencia de la forma de expresión; la profesora Lucía Elena Acosta Ugalde menciona que no, que de hecho ya se trasciende, incluso es un problema serio, por obvias cuestiones la ortografía desde luego y se supondría que se está en una fase de deformación.
Por otra parte el profesor Jorge Olvera Vázquez menciona que se tiene que valorar y poner en justa dimensión los aspectos positivos y negativos que se tiene sobre dicha deformación “la televisión, radio, cine, la propia internet, en la actualidad …están imponiendo modelos lingüísticos, y con ello quiero decir sintácticos, semánticos y léxicos, etc. y como antes no existían estos modelos eran tomados por la gente de los libros”
La opinión de la profesora Ugalde sobre si este nuevo lenguaje pueda cambiar, revolucionar o innovarlo: “al contrario no innovar en el sentido benéfico, yo creo que aquí podríamos entender incluso una corrupción del propio lenguaje no la innovación, una corrupción que en un momento dado sea mas grave todavía el problema de ortografía, de sintaxis, de redacción”
Se tiene pensado que en un futuro el mal uso del lenguaje en los jóvenes, tal y como lo conocemos, tendrá una trascendencia generacional, ya que en palabras del profesor Olvera quien hace mención que el lenguaje siempre está persiguiendo a la realidad; así como el paso del latín al español y otras lenguas.
Se considera que el mal uso del lenguaje en los jóvenes; el cual no modificará el idioma establecido, ya sea en su estructura o en sus demás componentes gramaticales. Simplemente pueden llegar incorporar nuevas palabras.
Actualmente la comunicación se ha reducido, debido a que los medios de comunicación imponen modelos lingüísticos, sintácticos, semánticos, léxicos y semióticos. No permite la extensión que anteriormente se desarrollaba en las cartas , se ha perdido el hábito de la lectura, lo que se refleja en el uso de un lenguaje pobre para expresarse. Esto implica que el pensamiento para transmitir un mensaje se reduzca a su más mínima y simple expresión. Lo que se hace al utilizar este lenguaje es reducir el pensamiento, y reducir las expresiones, pues éstas caben en una área muy pequeña, ya que al hablar todos igual, todos piensan y se expresan igual. Por ejemplo en el siglo XIX se leía más, se escribía más y por tanto se pensaba más; en cambio, en la época actual, la comunicación entre los jóvenes es más visual y el lenguaje es más parecido al hablado.
Se cree que no puede ser modificado el lenguaje escrito, ya que, como lo menciona José Antonio González Santos, Secretario Técnico del Programa de Periodismo y Comunicación Colectiva, de la FES Acatlán, el lenguaje Chat o SMS es un proceso diacrónico que es muy acelerado, que no afecta al lenguaje, más bien, le da nuevas formas, para utilizarlo de acuerdo a las necesidades del hablante.
Se considera que el lenguaje antes mencionado sólo puede enriquecer el paradigma de signos, y no cambiar al lenguaje escrito, porque no se cambia la estructura: sujeto, verbo y predicado, solo se abrevia o se corta. El problema es totalmente generacional, y damos por hecho que en un futuro este lenguaje se modificará y las nuevas generaciones, tendrán otro tipo de código, que tal vez nosotros no entendamos.
Por si fuera poco, recordemos que la lengua juvenil está llena de vitalidad y es permeable a las innovaciones y creación de vocablos; por lo tanto, este lenguaje escrito, se actualiza constantemente. Seguirá cambiando, transformándose y adaptándose según cambie la juventud; los adolescentes y jóvenes de hoy, lo dejaran de ser en pocos años. ¿Este lenguaje tiene fecha de caducidad? Definitivamente. Pero creemos que no desaparecerá así como así, sino que serán la tecnología, los medios de comunicación y la misma sociedad, los que marquen el camino para que los adolescentes continúen construyendo “códigos crípticos“. Y así cada generación construirá un nuevo lenguaje conforme a sus necesidades.